Lizbeth Rondín y Eva Rodríguez, egresadas de la Licenciatura en Teatro de la Escuela de Teatro, Danza y Música de la UAEM, forman parte del equipo creativo de la puesta en escena Ella miró un pájaro blanco cruzar el cielo y pensó que podía ser una gaviota dirigida por Sixto Castro y que recientemente ganó el primer lugar en la categoría C2 de la edición 27 del Festival Internacional de Teatro Universitario (FITU).
Cabe destacar que el trabajo de las talentosas jóvenes fue realizado durante su formación académica, por lo que este premio ha representado algo muy importante en su carrera profesional.
Fuimos la primera generación de escenógrafas y nos tocó trabajar en tres obras durante nuestro paso por la universidad, y justamente esta fue una de las primeras obras que hicimos y cuando nos dijeron que iba a participar en este importante festival fue algo increíble porque estaba segura de que habíamos hecho un trabajo muy bueno y suena egocéntrico, pero desde un principio les dije que íbamos a ganar, porque todo lo que se hace con amor fluye muy bien, dijo Lizbeth Rondín.
Dentro de esta obra ganadora, Lizbeth realizó la escenografía, la cual está basada en el reciclaje con una dinámica funcional que encierra todo el concepto de la obra.
Utilizamos pallets para crearla, y tenía la idea de que se pensara que estás en otra dimensión desde que entras al lugar por lo que pusimos hojas secas que fuimos a recoger a Huitzilac, y como la obra es muy dinámica con varias coreografías, las hojas comenzaron a producir mucho polvo, y decidimos mojarlas para evitar eso, y fue un gran descubrimiento porque cuando se mojaron, nos dimos cuenta que producían un olor hermoso.
Cabe destacar que además de ganar con esta puesta en escena en el FITU, Lizbeth obtuvo el primer lugar en la Categoría de Mejor iluminación por su trabajo realizado en la obra “Kasperle o la trágica historia del Doctor Fausto” de Abandonados Teatro.
Recibir este reconocimiento individual fue una gran sorpresa, realmente no lo esperaba pero es una sensación increíble. Es un premio internacional, y sin duda, es maravilloso ver los frutos de mi trabajo y esfuerzo.
Desde los 14 años de edad, Lizbeth comenzó a hacer teatro siendo parte de una compañía en Chilpancingo, Guerrero y posteriormente en Cuernavaca, sus inicios fueron como actriz, pero durante la carrera descubrió que le gustaba el tema de la iluminación y escenografía.
Me di cuenta que tenía buen ojo en esos temas y siempre opinaba al respecto. Hubo un seminario para elegir especialidad, y cuando tuve escenografía un maestro llamado Miguel Moreno, me dijo que tenía muy buen ojo y que no lo dejara.
Actualmente, la joven trabaja diversos proyectos en la Ciudad de México y está en proceso de producir su propia obra.
Eva Rodríguez fue encargada del diseño de vestuario, haciendo un trabajo realmente increíble con la asesoría de director de la puesta en escena.
Fue todo un reto porque no sabía dibujar y todo lo fui aprendiendo como el paso del tiempo. Primero hice una investigación acerca de la historia de la obra para que mediante una metodología crear el diseño de bocetos, buscar telas que favorecieran la piel de los actores y junto al director se fue haciendo un proceso de selección del vestuario. Es una de las primeras obras que hicimos y ver los frutos que está dando es algo muy gratificante, comentó Eva Rodríguez.
Desde muy pequeña Eva mostró su interés en las artes y tomó diversos talleres, hasta que decidió perseguir sus objetivos e incursionar de lleno en el teatro y profesionalizar su trabajo.
Siempre me ha apasionado mucho la danza y la actuación y todo fue un proceso que desde la infancia tuve un acercamiento a las artes, dentro de la prepa tomé talleres de teatro y tenía la espinita de la actuación pero no sabía realmente qué hacer hasta que iba a ingresar a la universidad y tomé la decisión de estudiar teatro de manera profesional, porque me gusta mucho que es una forma de expresar emociones e ideas.
Además de la actuación, Eva se ha sentido atraída por todo lo que conlleva el teatro, desde temas de escenografía, vestuario e iluminación, descubriendo otras pasiones en esta profesión.
Actualmente es tallerista en el Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates, impartiendo clases de Teatro y Expresión Corporal a niños y jóvenes, además está preparando algunos proyectos sobre iluminación.