Las palabras son una poderosa arma para amar, pero también para lastimar, por ello antes de decir algo cuando estés muy enojado o lastimado, piénsalo dos veces (por lo menos) ya que algunas veces los daños ocasionados por lo que decimos pueden ser irreparables.
Por ejemplo, si lastimas a un niño con tus palabras de manera constante, eventualmente le harás creer lo que le dices, si le repites que es tonto o incapaz, es muy probable que ese niño, cuando sea adulto tenga tan arraigadas esas palabras, que, realmente se vuelva incapaz de solucionar su propia vida. Por otra parte, si a tu pareja constantemente la lastimas con tus palabras, eventualmente tu relación sufrirá las consecuencias o inclusive tus hijos.
¿Quieres probar el efecto de una palabra mal intencionada?
Toma una hoja de papel, arrúgala y vuelve de deshacer las arrugas, ¿luce igual? NO... así lucirán los efectos de las palabras que lastiman en el corazón de quien amas, por más que estires el papel, su corazón y su mente tendrán las marcas de tus palabras.
Por eso, no te dejes llevar, existen técnicas que puedes utilizar para poder sobrellevar momentos de ira, de angustia o de dolor, que te ayudarán a canalizar de manera efectiva tus emociones, sin necesidad de herir a quien amas.
Todas las personas tenemos la opción de hacer cambios internos que nos permitan mejorar aquellos aspectos negativos de nuestra persona, solo es cuestión de querer hacerlo y de recibir la atención especializada para ello.
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