Tiene razón el presidente de la República cuando reclama que existe un periodismo que busca atacarlo a ultranza para magnificar sus erroresen base a noticias falsas y fundamentos muy pobres, que termina haciéndose parte de las redes de odio que busca que las cosas en este país regresen como antes de la alternancia en la presidencia de la República.
∝En la mañanera, se hizo otra vez este tipo de ataque con la liberación del Güero Palma, como lo han hecho otros periodistas que pretendidamente se ponen a defender a personajes “indefendibles”, como aquel que tenía su harem dentro de las oficinas del PRI o aquel galán argentino en fuga de aquella jefa de gobierno. Estos periodistas “de vanguardia”con información privilegiada preparan y adelantan su articulo y señalan, en este caso, que la liberación de Héctor Palma había sido, en pasado, una muestra de su exoneración y casi una disculpa del presidente. Con esa misma información privilegiada, sin embargo, la presidencia de la República evitó esa liberación y el artículo periodístico se fue en banda, pues no se liberó al güero Palma, miembro de la delincuencia organizada de 80 años que inexplicablemente había sido liberado por Estados Unidos hace algunos años.
El problema con estos artículos periodísticos a ultranza, como los de otros periodistas que se señalan en la mañanera es que visiblemente erran en su crítica y no ayudan a identificar los errores del mandatario nacional y no nos ayudan a los mexicanos a que se corrijan los verdaderos errores de la presidencia de la República que tanto nos afectan.
Este periodismo —felizmentehay otros periodistas y otros tipos de periodismo— no atinan a la crítica de los errores de la presidencia de la República en su estrategia en contra de la delincuencia organizada. Por ejemplo, a pesar de que el presidente nos informa que todas las mañanas de lunes a viernes se reúnen a las seis de la mañana a discutir su estrategia de seguridad pública, como lo hacen, según el presidente, todos o la mayoría de los gobernadores de los estados. ¿De verdad, así se hace en Morelos? Esto, sin ofrecer evidencia de tales reuniones y de su impacto en la violencia que en Morelos ocupa uno de los primeros lugares nacionales, como en el problema de extorsión, el más frecuente y dominante de todos en las entidades federativas del país.
El mismo artículo y el propio periodista señala que esto tiene que ver con la política del presidente de “abrazos y no balazos”, lo cual es un resumen maniqueo, y no haber dedicado tiempo suficiente a dar el pésame a las víctimas de la muerte de más de 20 personas en el accidente del Metro de la famosa línea 12. Ambos problemas graves podrían haber sido criticados de otra manera y no adelantando vísperas y conclusiones erróneas, ni concentrándonos en que posiblemente el inmortal Marcelo Ebrard casi acaba de perder su candidatura a la presidencia de la República, después de que lo habían resucitado y tan bien que iba; que también parece terminará afectando a la jefa de gobierno de la Ciudad de México.
El problema de línea 12 del Metro es la posible corrupción, como en el tráfico de poder político que rodea la acción de la delincuencia organizada, con consecuencias terribles para la gente y que es lo que valdría la pena criticar, pero en cuanto a una estrategia presidencial muy pobre para atacar el problema de la inseguridad en nuestro país y también la corrupción, quizás con una justicia transicional o restaurativa que tendría mucho mayor impacto en el ataque a la corrupción y la reducción de los índices de violencia en nuestro país, como lo ha hecho Colombia.
El problema con la estrategia para atacar la corrupción, especialmente la corrupción grande como la de los exgobernadores de Veracruz y Chihuahua, pero también los de Tamaulipas y varios más con un velo de obscuridad que nunca será aclarado, como posiblemente la corrupción que se tejió en torno a la famosa Línea 12 del Metro son sus trágicas consecuencias sobre la gente, como lo son los de la inseguridad y la delincuencia organizada que prevalecen en Morelos. El problema es que en esa medida seguirán reproduciéndose y afectándonos, como nos han afectado aquí en Morelos para colocarnos en varios años y en varios estudios como primer lugar en prevalencia de corrupción y de violencia. Desde aquí es donde, creo, deberíamos de criticar las estrategias de AMLO para no defender a candidatos como Salgado Macedonio, ni resucitar a posibles candidatos presidenciales, y sus estrategias en contra de la inseguridad, la violencia y la corrupción, como lo había ofrecido en su Plan Nacional de Paz y Seguridad que publicó como presidente electo, con una justicia transicional.