Billie Jean King

Una grande del deporte blanco

Reicelda Oxilia Piña

  · domingo 2 de septiembre de 2018

Billie Jean King, nacida en Long Beach, California, en 1943, considerada como una de las tenistas más importantes del mundo.

En esta última semana de agosto y la primera de septiembre se estará jugando, como todos los años, el Abierto de Tenis de Estados Unidos de Norteamérica (último Grand Slam de la temporada) en el espléndido National Tennis Center ubicado en el parque Flushing Meadows-Corona Park en el borough de Queens, un lugar que anima a cualquiera. Uno de sus estadios lleva el nombre de "Billie Jean King".

En la inauguración se encontraba precisamente Billie Jean King, nacida en Long Beach, California, en 1943, ex jugadora de tenis de ese país, considerada como una de las tenistas más importantes del mundo y por ser una gran defensora de la igualdad sexual.

Billie Jean amenazó en los años 70 con boicotear el Abierto de Tenis de su país a menos que las jugadoras recibieran igual cantidad de dinero que los hombres y se convirtió en el primer Abierto de Tenis que ofreció remuneración igualitaria en aquellos años cuando las palabras “feminismo” y “liberales” eran consideradas algo de mal gusto.

Billie Jean publicó su libro autobiográfico, el cual se llevó a la pantalla con gran aceptación. En él describe su vida desde la infancia cuando quería jugar futbol o softball con sus amiguitos. Ella nació en el núcleo de una familia muy conservadora y era obvio que sus padres se opusieran a esos juegos cuando a las niñas no se les permitía jugar como a los niños, como tampoco se les permitiía alzar la voz cuando discutían. De esta manera, sus padres decidieron inscribirla mejor en clases de tenis. Desde entonces, King se prometió a sí misma que sería la mejor tenista de todos los tiempos.

En 1973, cuando ella tenía 30 años, el tenista Bobby Riggs de 55, la retó a un duelo de tenis. Al excéntrico Riggs le encantaba apostar y alardear su superioridad masculina al haber sido el número 1 del mundo en 1941, 1946 y 1947. Apostar en contra del género era lo más importante para él en esa época.

–No me malentiendan., –decía Riggs. –Yo amo a las mujeres: en la cama y en la cocina. Solo quiero demostrarle a los hombres que no deben de tener miedo a las mujeres. Además, si dejamos que jueguen ellas, ¿quiénes van a recoger las pelotas? El hombre es el rey. –Gritaba muy ufano mientras sus compañeros reían divertidos.

Billie, poco después de haber ganado en Wimbledon, aceptó la apuesta de Riggs y se convirtió en la esperanza y en la inspiración de muchas mujeres que la admiraban. En ella veían realizados sus sueños y un camino diferente por venir, mientras su mamá le sugería que abandonara la idea de jugar con Riggs, pues era una pésima idea.

“Cuando nos atrevemos a querer un poco más, sólo un poquito más de lo que ellos tienen, no lo soportan”, dijo Billie Jean.

Semanas antes del gran evento, Riggs se pavoneaba por todos lados haciéndose llamar “Sugar Daddy”, blofeando y gozando de la vida. Siempre rodeado de sus amigos y hermosas mujeres. Él nunca practicaba, daba por hecho que le ganaría a la tenista y sólo apostaba con todos los que se le ponían enfrente.


Mientras tanto, Billie Jean se preparaba en cuerpo y mente. Tenía todo en contra, ni siquiera sus compañeras de juego creían en ella en ese momento. Tuvo que entrenar como una verdadera ganadora.

El 20 de septiembre de 1973, en medio de un gran desplegado mediático, se llevó a cabo el gran partido con un lleno total en el histórico Astrodome de Houston. Se dice que casi 50 millones de estadounidenses lo vieron por televisión, algo insólito que movió enormes cantidades de dinero.

Así comenzó la guerra de los sexos: Riggs no jugó bien, cometió muchos errores no forzados, muchos en pelotas cortas. Por otro lado Billie Jean cambió su táctica a largos intercambios desde el fondo, globos y golpes suaves que obligaban a Riggs correr de un lado al otro de la cancha. Riggs cambió después también su juego, pero no fue suficiente. La gran mayoría de los caballeros no podían creer lo que veían en el marcador: la derrota de Riggs quedando: 6-4, 6-3, 6-3. No faltó quien dijera que Riggs se había dejado ganar en esa ocasión.

–Pensé que si no ganaba nos retrasaríamos 50 años; arruinaría el circuito femenino y afectaría al autoestima de todas las mujeres”, dijo Billie en ese momento.

Billie Jean tiene en su haber 129 títulos individuales, 12 fueron Grand Slam, un Open de Australia, un Roland Garros, seis Wimbledon y cuatro US Open.

En 2009, el ex presidente Barack Obama le otorgó la “Medalla Presidencial de la Libertad” y se declaró abiertamente admirador de King: "ha contribuido a la igualdad de género, no sólo con el deporte sino en todos los ámbitos de la vida pública".

Después de su carrera de tenis profesional, cofundó y dirigió la World Team Tennis League y se convirtió en la primera comisionada de la mujer en los deportes profesionales. Además, Billy Jean y Bobby terminaron siendo buenos amigos.

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