En el marco de la inauguración de diversas exposiciones en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MUCIC), la artista Maga Mendoza inauguró la muestra “Scribere” en uno de los pasillos de la planta baja del recinto, la cual se caracteriza por ser colectiva e involucrar al público en su creación.
Su exposición, está representada por una obra colectiva procesual que ha realizado desde hace dos años, la cual parte de una investigación dentro de la Maestría de Creación Artística del Centro Morelense de las Artes (CMA), que actualmente cursa.
Después de dos años de investigación y realización, la pieza hoy toma forma con estas maquinas que están unidas con una hoja continua de 30 metros, donde la intención es crear un poema colectivo con todos los participantes. Todo aquel que quiera, tiene la libertad de escribir algún verso, pensamiento o palabra, para generar un poema colectivo, expresó Maga Mendoza.
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Durante su proceso, la artista ha ido vinculando la poesía con el performance, pues realizó diversas presentaciones de performance donde invitó a la gente a escribir pensamientos e ideas, generando así varios cadáveres exquisitos, que finalmente fueron reunidos en un fanzine, que forma parte de esta exposición.
Construir un texto social. Un intertexto que no tiene un autor, sino multiplicidades. Maga es la autora de lo que otro quiere decir, el otro es autor de lo que Maga está diciendo. La poesía no está atada al pensamiento, sus lazos se extienden hasta el cuerpo, hacia los cuerpos de quienes la escriben, la leen, la piensan, la viven…Para Maga la poesía es una acción performativa mucho más que un proceso intelectual, escribe Larisa Escobedo en el texto de sala que acompaña a la exposición.
La pieza llamó la atención de los presentes, quienes se acercaron a escribir sus ideas y pensamientos en la máquina de escribir y formar parte de esta acción colectiva que culminará en un devenir afectivo entre ellos y la artista.
La poesía es un montón de letras apelmazadas, un montón de letras de dibujos, de cantos, de rezos, de silencios, de viajes, de respiros de propuestas de libros, de bocados, señala Larisa Escobedo.