BERLÍN. La próxima edición de la Berlinale no se celebrará en febrero, como estaba programada, sino que se ofrecerá en un formato virtual en marzo, restringido a profesionales del sector, y luego pasará a una modalidad con público, en junio.
La fórmula presentada por los dos co-directores del festival, el italiano Carlo Chatrian y la holandesa Mariette Rissenbeek, es una solución de compromiso ante la evolución de la pandemia en Alemania, donde desde hace semanas se han disparado los contagios y víctimas mortales.
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"La actual situación de la pandemia no permite celebrar el festival en febrero", apunta Rissenbeek, en un comunicado. La nueva doble fórmula permitirá "cumplir las garantías sanitarias y proteger a nuestros visitantes", además de ofrecer al sector una plataforma de "relanzamiento" en medio de la situación creada por la pandemia.
La Berlinale del pasado año, celebrada de acuerdo a lo habitual en febrero, fue el último gran festival europeo que aún se pudo celebrar sin restricciones. Afectó la presencia de delegaciones asiáticas, y especialmente del cine chino, pero en lo que concierne a Europa "salvó" su representación.
Las restricciones actuales en Alemania han implicado el cierre total desde el 2 de noviembre de la vida cultural, del ocio nocturno y la gastronomía, además de limitarse al máximo los contactos personales y reuniones, públicas o privadas.
El pasado miércoles entraron en vigor restricciones más drásticas, con el cierre de la vida comercial, salvo supermercados, farmacias, droguerías y otros establecimientos considerados esenciales.
Estas medidas seguirán en vigor, al menos, hasta el 10 de enero, aunque desde el Gobierno alemán ya se ha advertido que la situación será dura al menos todo el resto de ese mes y entrado febrero.