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En los panteones del municipio indígena de Coatetelco, celebran la cosecha y comparten con sus muertos la tradicional ofrenda sobre las tumbas, decoradas con papel picado, flores de pericón y veladoras, en la víspera de San Miguel. Se comparten elotes, tlaxcales y tamales.
La celebración prehispánica y la mezcla de la celebración religiosa en la víspera de San Miguel Arcángel consiste en visitar los panteones, llevar la ofrenda y decorar con cruces y coronas de flores de papel, mantos de papel picado. También colocan cruces de flores de pericón en las casas y en los campos de cultivo.
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Desde muy temprano, la gente acude a limpiar y empezar a decorar el panteón. Conforme llega la familia, se va enriqueciendo el panteón con las flores y la ofrenda compuesta de fruta de temporada y comida, llevando lo que al difunto más le gustaba, pese a los daños que registran varias tumbas por el desbordamiento de la barranca que pasa junto al panteón viejo.
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Llegan músicos, quienes ofrecen sus servicios para dedicar algunas canciones a los difuntos. Las autoridades colocan arcos de bienvenida en la calle de la Amargura y frente a la entrada principal para esta celebración que reúne a una gran parte del pueblo frente a sus tumbas. Solo la zona acordonada con cintas amarillas y rojas delimita las tumbas que fueron colapsadas por el desbordamiento de la barranca y que siguen sin terminar la reconstrucción.
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Preservan la memoria cultural
Sobre esta ancestral tradición, Nicolás Sánchez Silverio, director de Cultura y Turismo en el municipio de Coatetelco, dijo: “Nosotros como pueblo originario siempre hemos tratado de preservar y guardar esas tradiciones y costumbres que rigen nuestra vida en nuestro municipio, y esta es una de ellas. Nuestra vida gira en torno al calendario agrícola y la cosecha se comparte con nuestros difuntos".
El origen de Coatetelco está en ser una comunidad agrícola y de pesca, dedicada a la producción de maíz, calabaza y calabaza de temporal. No se tenía sistema de riego, y en el estiaje se padecía, pero en agosto empieza la cosecha de los primeros elotes y flores de calabaza.
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Cada 28 de septiembre se visitan los panteones con una tradición del sincretismo religioso católico y prehispánico que se atribuye a San Miguel Arcángel, quien combate al enemigo, "Satanás", y se mezcla con las ofrendas a los vientos y a los muertos, conservando así su tradición ancestral.
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Diferencia con la ofrenda en Día de Muertos
En la celebración de los Días de Muertos, que empiezan el 28 de octubre, se ponen las tradicionales ofrendas colgantes, pero no se va al panteón como se hace en la víspera de San Miguel, tal como es la tradición en otros pueblos.
Es una fiesta de alegría, por la cosecha de los frutos y granos para alimentarnos, y aunque hoy en día ya todo se puede conseguir, en Coatetelco no se quita la esencia de agradecer a la vida por la producción y la alimentación
Llegan de Cuentepec y pueblos aledaños los vendedores de flores de pericón, incienso y veladoras, y las calles que llegan al panteón también lucen con pasacalles de papel picado. Hay familias que se pasan todo el día en el panteón y ahí comparten sus alimentos con familiares y vecinos.
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