El artista visual Cristo Contel, quien vive y trabaja en Cuernavaca desde hace más de 30 años, cuenta con una amplia trayectoria artística y ha participado en más de 80 exposiciones en México y el extranjero, consolidándose como un artista internacional de gran renombre.
A través de sus obras como artista visual, explora temas como la construcción de identidad y la desigualdad. Su trabajo es un cúmulo de obras nocturnas que insisten en el largo y oscuro corredor de la historia del arte, emergen del gloaming animado y con una túnica de influencias que van desde Balthus, Edward Hopper, Dr. Atl, Jack Kirby o Frank Miller, se filtran casi de manera irónica sobre las escenas, siguiendo el diálogo histórico entre la pintura y la imagen del mass-media, con un profundo anhelo histórico de hacer de ella algo más que pigmentos y aceite, es un intento por ir más allá de solo dar forma franca a objetos y cuerpos, despojarlos de todo sentido.
“Me encuentro en el terreno de la ambigüedad y de las paradojas, de las pinceladas irreflexivas. Mi trabajo es un refugio, y prefiero permanecer ahí, en el lugar de la sombra, saturando una brecha abierta entre la verdad y la falsedad”, expresó Cristo Contel.
Se ha caracterizado por ser un creador polifacético, demostrando su talento y dominio en una amplia gama de técnicas que van desde tradición arraigada hasta las más actuales.
Frecuentemente, en sus obras se pueden reconocer motivos insertos en atmósferas oscuras. Parafraseando al autor, nos encontramos con un cielo que nunca es negro, siempre hay contaminación lumínica, siempre hay ambiente, podría ser niebla, podrían ser nubes o los astros, pues él asegura que, la luz es la luz de la ciudad reflejada. En su obra, no hay exotismo ni espacios paradisíacos, ya que suele plasmar el reflejo de lugares con aire postmoderno, caóticos y despojados, que conservan solamente las huellas del ruido.
Sus inicios fueron marcados por una paleta cromática oscura y pastosa, pero con el paso del tiempo ha evolucionado hacia tonalidades más claras, dando lugar a piezas que se acercan a la abstracción, al sueño o a la fantasmagoría.
“Mi trabajo reúne intuición y reflexión. En general, este proceso es siempre lento, no tanto por la ejecución, sino por el tiempo destinado a la concepción de las pintura. Algunos encontramos placer en la tristeza, somos como la melodía de los músicos afroamericanos a principios del siglo XX, alejados de cualquier rastro de música de trovador, sin sonreír, ni bailar; un intento más lírico que narrativo, viviendo en una ilusión constante de posibilidades en búsqueda de un milagro”.
Asimismo agregó, “Tengo mas interés por trabajar en la contemplación, eso ya se ha ido perdiendo, hay posturas muy egocéntricas que nos quieren decir que es lo que es y por qué, así como algunos piden los aplausos otros se conforman con un wow. Cada vez nos alejamos de la hermosa y grandiosa tradición del arte, ya muy pocos apelan directamente a los sentidos, desde el indefendible aroma de la sinceridad y la materia”.
Desde los seis años de edad, Cristo Contel estudió Artes en los talleres de la escuela San Carlos en el centro de la Ciudad de México. Posteriormente, se mudó a Cuernavaca para continuar sus estudios en el Instituto Regional de Bellas Artes, interesándose principalmente en el dibujo, la pintura y la escultura. Tiempo después, cursó la carrera de Artes Plásticas en el Centro Morelense de las Artes (CMA), y se trasladó a Oaxaca donde finalizó sus estudios y asistió a los cursos de Artes Gráficas en el taller Rufino Tamayo.
En 2003, realizó una residencia en San Petersburgo, Rusia, con el apoyo del programa Residencia a Jóvenes Mexicanos del CENART. Fue beneficiario del Programa de estímulos a la Creación y Formación Artística PECDA- Morelos, dentro del rubro “Creadores con trayectoria” en 2014, que derivó en la exposición “The beauty of disaster”, en la Siltskin Gallery, San Antonio, Texas, (2015). Ese mismo año fue seleccionado en la VII Bienal Nacional de Artes Visuales en Yucatán. Realizó una residencia artística de producción en pintura de Zhou B Art Center en Chicago, Illinois, y la obra resultante fue expuesta en la 33 Contemporary Gallery.
Para complementar sus estudios, asistió al diplomado “Repensar las violencias desde el arte”, organizado conjuntamente por el FONCA y la Secretaría de Cultura de Morelos en 2016; y al “Diplomado en Arte Popular” coordinado por la Secretaría de Cultura estatal a través de la dirección general de Museos y Exposiciones, el Museo Morelense de Arte Popular y el CMA en 2017.
En el año 2018 inició labores como cofundador y codirector de los espacios independientes “El Otro Mono”, y CEOM (Cápsula Espacial El Otro Mono) Biblioteca especializada en artes visuales en Cuernavaca.
Actualmente imparte clases de pintura en el Centro de Desarrollo Comunitario Los Chocolates y en la Dirección General de Ejecución de medidas para Adolescentes del estado de Morelos.