Dale, dale, dale: toda una tradición

René Baltazar representó una de las caracterizaciones de las fiestas decembrinas, un niño pegándole a una piñata color amarillo

Maritza Cuevas | El Sol de Cuernavaca

  · jueves 12 de diciembre de 2019

Durante la inauguración, Margarita González felicitó a René y mencionó que es importante reconocer el trabajo artesanal / Fotos: Maritza Cuevas | El Sol de Cuernavaca

Para iniciar la celebración de las fiestas decembrinas, en el Museo Morelense de Arte Popular se inauguró la pieza del mes, que corresponde a la obra “Dale, dale, dale” del maestro artesano René Baltazar Morales, originario de Yautepec y que ha sido acreedor a diversos premios a nivel nacional.

René Baltazar se ha dedicado al oficio de la talla de madera, creando magnificas esculturas. Con el objetivo de que su trabajo transforme la madera y ésta perdure, ha utilizado maderas de árboles como el mezquite, el zopilote, el guayabo y el chicozapote, que evolucionan en una diversidad de obras.

La pieza “Dale, dale, dale”, representa una las tradiciones más populares decembrinas en México, pues muestra a un niño con los ojos vendados, pegándole a una piñata en forma de estrella, que sin duda, es una gran tradición en las posadas y celebraciones de fin de año.

La pieza está elaborada en talla de madera del árbol del zopilote con incrustaciones de cedro, y la idea principal es que volteemos a ver a los niños y que nos pongamos a jugar. Con la tecnología que estamos viviendo, los niños han perdido un poco la noción de divertirse jugando y disfrutar de esos momentos. Ahora, las piñatas las usamos para decorar, pero es importante recuperar la tradición de hace años y abonar a lo que se está perdiendo, expresó René Baltazar Morales.

Durante la inauguración, Margarita González Saravia, felicitó a René y mencionó que es importante reconocer el trabajo de los artesanos morelenses, quienes convierten los materiales en algo hermoso con sus manos y creatividad, logrando cosas maravillosas.

Con más de 25 años de trayectoria, René heredó de su padre Fernando Baltazar Rosales, el oficio de carpintero, posteriormente se interesó por la talla de piezas de barro cocido, aprendiendo todo de manera autodidacta.

A sus 23 años, decide combinar sus habilidades y aprendizaje, elaborando sus primeras esculturas de madera sobre troncos de guamúchil, guaje, mezquite y cuaulote, en las que plasma escenas de su vida cotidiana y costumbres en Morelos y México.

Cabe destacar que, René Baltarzar utiliza únicamente maderas provenientes de su entorno natural, las cuales recolecta y siempre en evidente manifiesto en contra de la tala de árboles.

La pieza está elaborada en talla de madera del árbol del zopilote.

Gracias a su magnífico trabajo, ha ganado múltiples ediciones del Concurso de Arte Popular Morelense, y en 2018 obtuvo el primer lugar a nivel nacional en la XLIII edición del Concurso Gran premio nacional de Arte Popular.

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