María nació en Lisboa y dio su primer recital cuando sólo tenía cinco años. A los siete ya tocaba en público conciertos para piano de Wolfgang Amadeus Mozart. A los nueve años recibió el premio de la Juventud Musical Portuguesa. Entre 1953 y 1960, estudió con muy reconocidos profesores en el Conservatorio de Lisboa y luego prosiguió sus estudios musicales en Alemania.
Su fama internacional llegó en 1970, cuando ganó el Concurso Bicentenario de Beethoven en Bruselas. Luego actuó con importantes orquestas en Europa, América, Canadá, Israel y Japón, interpretando obras de Bach, Beethoven, Schumann, Schubert, Mozart, Brahms, Chopin y otros compositores clásicos y románticos.
“Me gusta tocar con orquestas pero no con directores con los que no tengo una relación estrecha. El trabajo de la música en conjunto debe ser de fondo. Si hemos de mostrar una verdad hay que trabajar juntos para aprenderla y esos se consigue si te ves antes del concierto. Resulta superficial, es algo que no critico pero que a mí no me conviene”, explicó.
La música de cámara la suele interpretar con su pareja, el violinista Agustin Dumay, a dúo, y a veces les acompaña la violonchelista Jian Wang; “Llevamos muchos años juntos y sentimos que creamos algo, que construimos cada vez que tocamos, que crecemos juntos y eso es lo que importa”, señaló.
En 2006 se autoexilió en Brasil como protesta al no recibir el suficiente apoyo del gobierno para su proyecto musical dirigido a los niños. Actualmente vive en Bélgica en una comuna donde ha montado escuelas de artes, música y escuela primaria en medio de la nada y alejada del ruido. Le preguntan si este es un socialismo utópico; “este centro no es una utopia, es una realidad. Aquí, lo sueños que desarrollamos con fuerza se vuelven realidad. Belgais es un espacio de paz y armonía donde trabajamos de manera auténtica y ahora nos dan una subvención de 500 mil euros”, respondió.
María Pires actuó en los Proms de la BBC en 2010. De 2012 a 2016, fue maestra de residencia en la capilla de música Queen Elisabeth en Waterloo, Bélgica, donde dio clases de piano y clases magistrales a jóvenes talentosos pianistas de todo el mundo. Para fomentar a los jóvenes músicos, lanzó el Proyecto Partitura.
Después de más de casi siete décadas de recitales y conciertos, finalmente este año la gran María João Pires se retira de los escenarios y es un buen momento para hacerle este pequeño homenaje.
Escuchar a esta pianista, considerada una de las mejores del mundo, es en verdad escuchar la más delicada recreación, sus pequeños dedos extraen del piano algo como diáfanas gotas de agua que rebotan en el corazón y nos hacen estremecer.
“¡Ser humilde es la primera condición para descubrir cualquier cosa! No puedes descubrir lo que ya crees saber. Si vas diciendo: aquí estoy yo, aquí están mis marcas, mis huellas…entonces no hace falta que continues, ya que tienes lo que quieres, no vas a encontrar nada Nuevo. Es como los científicos, siempre comienzan bajo el principio de que ellos no saben lo que van a descubrir… Si te presentas ante lo que sea, creyendo ya saber lo que vas a encontrar, entones no has aprendido ni aprenderás nada. A las nuevas generaciones se les ha inculcado que deben competir, por lo que no tienen que descubrir nada. Han de emplear todo su tiempo y sus recursos en llegar a lo más alto, en que tienen que practicar todo el tiempo y así es como conseguirán tener el poder. Es una pena porque no descubren realmente su cuerpo, su mente, el alma de la música…no descubren nada”, señaló.
Gracias a la tecnología, su extraordinario repertorio está al alcance de todos a través de Youtube. Yo comenzaría con los Impromptus de Schubert y los nocturnos de Chopin para disfrutarla y desde luego, todas las interpretaciones de Mozart. ¡Qué maravilla!
