La obra teatral "Mingus, Cuernavaca" tendrá su estreno a nivel nacional en la Ciudad de la Eterna Primavera, en la cual el reconocido músico Charles Mingus dio su último suspiro en 1979 a los 56 años. Las funciones serán el 21 de octubre a las 19:00 horas en la Casona Spencer y el 22 de octubre a las 19:00 horas en el foro Papillon.
Esta obra, surge del libro "Mingus, Cuernavaca" del escritor francés Enzo Cormann, y se realiza bajo la dirección de Miguel Lugo y la dirección musical de Arturo Cipriano.
"El gran Charles Mingus, innovador, un gran creador, director de orquesta, pianista, excelso contrabajista y su magnitud siendo aplastada por la esclerosis lateral amiotrófica, viene a México a la procura de Pachita, sanadora y curandera; vive sus últimos días en Cuernavaca en la calle Humboldt del centro", expresó Arturo Cipriano.
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Charles Mingus, el "Rabioso del Jazz", muere en Cuernavaca a los 56 años, porque las milagrosas manos de Pachita, la curandera que operaba sin bisturí, no pudo extirparle la paralizante esclerosis que había confinado al iracundo bajista y compositor a una silla de ruedas.
El dramaturgo francés, Enzo Cormann, cuenta las últimas horas de alucinada lucidez de Mingus que, en su agonía, junto a su enfermera, "Charles en su silla de ruedas a punto de partir, con sus enojos le comenta a la enfermera sus visiones, la desesperación, el dolor y la imposibilidad; y vemos a este paquidermo sincopado despidiéndose. Se destaca lo acucioso del dramaturgo Enzo Cormann, me parece muy sorprendente situar a Charles Mingus en sus últimas horas de vida aquí en Cuernavaca, en la cerrada de Humboldt con el desfile de enfermeras y enfermeros y los cuidados de Sue, su esposa".
La historia que cuenta Cormann, llega a manos de Miguel Lugo, y en Guadalajara invita a Miguel Méndez, que tiene la estatura, la tez, la melena y la fortaleza de Mingus para interpretarlo. Asimismo, ha realizado un trabajo arduo y tenaz con Karen Sánchez, quien interpreta a la enfermedad y con Marcos Rayas, en el bajo.
Arturo Cipriano comenta que su amistad con Miguel sobrepasa estados, y ese encuentro tan maravilloso con él le trae este maravilloso proyecto, cuando un día Miguel llega de visita a su casa, y su hijo Odiseo tocaba algo de Charles, Azucena cantaba y Arturo tocaba, "Miguel me dijo, 'esta es la Casa de Charles Mingus', allá en San Antón y tuvo que ver esa conexión, esa interacción y química en medio de la complejidad, fue el motivo y la invitación a hacer la asesoría musical en este proyecto, en el que la música ya está plasmada, sólo sugerí obras y prácticamente sólo puse silencios".
Arturo Cipriano tiene una formación musical amplia y diversa, y gusta de experimentar con la música de diferentes raíces y la enorme diversidad de géneros dentro del jazz. Ha dedicado gran tiempo al estudio y la investigación de Charles Mingus, por lo que participar en este proyecto, expresa que fue un regalo inesperado, que le hizo atender, a re escuchar y acercarse al personaje.
"Es un gran orgullo, para los bajistas, Mingus es un emblema y me motiva a plasmar sus enseñanzas en mi música, algo difícil, pero tenerlo presente para acercarme a su obra, ver porqué sugería determinadas técnicas y su forma de componer".
La obra se sitúa en esas últimas horas de vida con reflexiones y visualizaciones de grandes conciertos.
"Hay una anécdota que dice que después de un gran concierto en Nueva York donde fue ovacionado, Mingus termina y ningún taxista lo quiere recoger, hay ahí implicaciones de racismo".
Una particularidad que Arturo Cipriano destaca es que cuando Charles era niño, en su escuela en Los Ángeles, había una diversidad de niños entre filipinos, negros y caucásicos de distintas nacionalidades, por lo que a la maestra se le ocurrió la idea de que cada cierto tiempo, una de las mamás cocinara la comida típica de su país y se escuchara música representativa del mismo, esto le abrió un gran panorama a Mingus.
"Él muy pronto dijo que se dio cuenta que había todo un mundo, y fue una manera muy bella de introducirse a la música, al pensamiento universal y conocer escalas, timbres y toda la gama rítmica, que luego pudo plasmar en su música".
Sin duda, Mingus fue un músico por excelencia que modificó la obra instrumental con cambios como casi nadie lo hizo. La pieza "Epitafio", su última obra tiene más de 2000 compases.
No te pierdas la oportunidad de descubrir a Mingus a través de su música y acompañarlo en este último suspiro entre recuerdos y melancolía, los boletos para cada función ya están a la venta, su costo es de $100 (función en la Casona Spencer) y $200 (función en el foro Papillon).