/ sábado 2 de marzo de 2019

El uso tradicional de plantas en Hueyapan

El Tlacuache

Este texto es producto de la investigación sobre la importancia biocultural de los huertos familiares en el estado de Morelos. Lo datos, testimonios e imágenes son resultado del trabajo de campo realizado en este 2019 por la autora.

Hueyapan, ubicado al noreste del estado de Morelos, se conformó como municipio indígena el pasado 1 de enero. Se trata de un pueblo de tradición cultural nahua que ha tenido una relación muy cercana con el volcán Popocatépetl, ya que se encuentra a aproximadamente a 15 km de su cráter.

Debido a que Hueyapan se ubica en una zona de transición entre la montaña y otros ecosistemas más cálidos, en su territorio se puede encontrar una gran diversidad de plantas y animales que se distribuyen entre los bosques, las barrancas y los fértiles valles. Los pobladores señalan que en el monte aún pueden verse animales como el coyote, el tejón, el conejo, el armadillo, el tlalcoyote, e inclusive el venado. El bosque está conformado por especies diversas de cedro, oyamel, madroño y ocote, entre muchas otras. A lo largo del tiempo, los habitantes de Hueyapan han construido y mantenido una estrecha relación con el ecosistema que los rodea. En el caso del monte, la gente aprovecha la madera muerta para el uso doméstico, además de que se sigue practicando de manera esporádica la recolección de algunas hierbas y hongos. Durante muchos años, algunas personas denominadas como “neveros”, aprovechaban la nieve de los glaciares que existieron en el volcán. Así lo cuenta Yosahandy, quien ha vivido en Hueyapan toda su vida:

Pues mi abuelito iba a traer nieve del volcán; él hacía nieve de hielo natural. Con su burrito, se iba de aquí a las 5 de la mañana. La traía, llegaba, rascaba un hoyo debajo de un árbol para que no la tocara el sol y se conservara así intacta, y de ahí sacaba la nieve para hacer sus nieves. Vendía en las ferias los domingos; hacía nieve de limón sin pintura, era natural. Dicen que es curativa esa nieve, cuando uno tiene tos, pero le echaban nieve y vino tinto para que fuera curativa

Como en muchas comunidades rurales, en Hueyapan el aprovechamiento de los recursos no se limita al monte. Como lo menciona Glockner (2011), en las comunidades campesinas “la casa aloja a la naturaleza”, y son los huertos familiares, traspatios o solares, los que la resguardan. Estos espacios son de gran importancia ya que, en ellos, las y los campesinos, con todo el conocimiento que tienen sobre el medio en el que habitan, han intentado reproducir parte de los ecosistemas que les rodean. Dichos espacios juegan un papel muy importante para el autoabastecimiento de las familias, ya que en ellos se produce y reproduce una gran variedad de plantas con importancia alimenticia, medicinal, ornamental, ritual, artesanal, forrajera, pero también para combustible e incluso para la construcción. Del solar se obtienen complementos alimenticios durante la temporada de abundancia y recursos esenciales para la sobrevivencia cuando llegan los tiempos de escasez. Además, en el solar ocurre gran parte de la vida cotidiana, por lo que dichos espacios se convierten en el escenario en el que el conocimiento tradicional es puesto en práctica y transmitido a los integrantes más jóvenes de la familia. Son espacios de convivencia familiar e incluso son usados como talleres para la elaboración de artesanías o para la fabricación de herramientas para el trabajo.

En Hueyapan, se ha reportado que los solares cuentan con al menos 70 plantas que tienen algún uso. Como se mencionaba anteriormente, la producción que se genera en estos espacios sirve para satisfacer las necesidades inmediatas de la familia. Pero cuando existen excedentes es muy común que parte de lo que se produce sea destinado al trueque en el mercado local, cuya actividad es exclusiva de las mujeres. Así lo describe doña Carmela:

Lo que yo hago con los chayotes es que no los vendo, me los cambian. Llevo una cubeta de chayotes, una cubetita del diez. Me dan $50.00; con esos, la señora me da un tanto así de cacahuates, me da dos puñitos de frijol chino, me da un manojo de cebollas que traen como 6 cebollas y me alcanzan para toda la semana. Entonces de ahí mismo ya saqué más cosas yo

Los principales productos que se intercambian son chayotes, chícharos, flores, manzanas y aguacates. El martes, día de plaza, también se aprovecha para conseguir otros productos que no se dan en el lugar, como copal, jitomate, plátano, naranja, chile, piña, papaya y otras más que provienen de “tierra caliente”, como le llama la gente a zonas más bajas, pertenecientes a Puebla, Guerrero o el mismo Morelos.

Además del solar y el monte, la gente aprovecha otros espacios que son comunales o de su propiedad, sembrando principalmente frutas como la pera, manzana, ciruela, durazno, higo, tejocote, chirimoya, granada, capulín, nísperos y membrillo. Esta clase de cultivos se mantenían a la par de la siembra de maíz, que se ocupaba para satisfacer las necesidades de la familia durante todo el año. Sin embargo, con el aumento de la demanda de aguacate a nivel nacional, ha ido creciendo el número de familias que han dejado de lado la milpa y la han cambiado por la siembra de este codiciado fruto. Como lo platica doña Carmela:

Mire, lo que aquí se produce es el maíz, el frijol. Pero la gente, bueno, para empezar, los señores ya no quieren sembrar, ya no quieren ir al campo. Ahorita mire usted, están sembrando mucho aguacate, ya tienen sus huertas de aguacate. Lo que ya no quieren es sembrar, porque aquí en Hueyapan ya hay mucho tortillero, entonces las señoras se les hace más fácil comprar la tortilla y ya no hacerlas. Entonces los señores se están enfocando en sembrar sus terrenos con puro aguacate, porque después ya nada más cortan. Lo venden por huertas, por tonelada lo venden, lo poco o mucho que salga. Así veo a la gente, que ya no quiere sembrar y las señoras ya no hacemos tortilla

Como en muchos lugares, la modernidad ha llegado también con cambios en la alimentación. La comida que antes provenía principalmente de la milpa y el huerto, hoy ha sido reemplazada por productos industrializados que son consumidos por chicos y grandes, aunque muchos de ellos resultan más atractivos para la juventud. Como dice doña Carmela:

Pues la verdad es que ahora la juventud si come mucha chatarra. Yo a mis hijas que ya se iban a la escuela, un día les dije: “oigan hijas, yo ya supe algo malo de la maruchan, ora qué van a hacer ustedes”. Me dijo: “si mamá, nosotros también ya lo supimos, ya no vamos a comer maruchan”. Y ya no comen maruchan, ora ya comen pizza

El cambio de hábitos alimenticios ha repercutido en la salud, incrementando las enfermedades como la diabetes, la hipertensión y el cáncer. Aunque la comunidad cuenta con un centro de salud, el primer tratamiento de cualquier padecimiento se da en el hogar, ya que la mayoría de la población, principalmente las mujeres, cuentan con algún conocimiento sobre la forma de aliviar las enfermedades más comunes con plantas. Dentro de los padecimientos que se tratan inicialmente en el hogar, están los estomacales; los que se dan durante el parto y puerperio; los musculares y los que se dan para tratar los síndromes de filiación cultural.

Para dichas enfermedades, existe una gran variedad de formas de preparación de las plantas. Por ejemplo, para aliviar malestares estomacales se realiza lo siguiente: “se toma uno la hierbita que se llama Santa María, o hinojo con un pedazo de piloncillo y unas gotitas de limón. Yo, cuando me duele el estómago, me tomo esa planta que se llama guayaba, pongo las hojitas a hervir, ya que hierve el agua le tiro las hojitas y me lo tomo”. También se realizan masajes con algunas cremas, y al finalizar, se colocan sobre el vientre varias plantas, como la Santa María, durazno, tomate, hojas de agua y alcohol: “se amarra con un fajero y listo. Esas son las que nos han curado, así tengamos fiebre por la infección del estómago. Pero, si ya no quiso, ora sí mijita, vámonos con el doctor de allá abajo”. Otras enfermedades como el coraje, es tratado con la hierba maestra. El “gashancle”, que se define como el “decaimiento o recaída”, se alivia con pisiate curativo, tomate y alcohol. Cuando una mujer entra en labor de parto, se prepara un chocolate con ruda: “dicen que calienta los huesos para que se abran”. También se usa el romero y el azomiate, que tienen una acción terapéutica opuesta:

El romero es caliente. Si le duele la cintura, si le duelen los pies, se baña con eso. La cabeza no, porque entonces le aturde, le duele el cerebro. Si tiene calor o se siente mal del cuello o de la cabeza, se va a bañar con esa hierba. La hierve y con esa se baña, se llama azomiate. Este es frío y el romero caliente. Si se echa este, pues le duele más la cabeza, si se echa el otro, la refresca

Como podemos observar, en este municipio indígena, la importancia de las plantas silvestres y domesticadas va de lo alimentario a lo ritual, además de la valoración que tienen por cumplir funciones medicinales o de ornato. Pero más allá de lo puramente funcional, en torno a las plantas y a los patios familiares se han configurado históricamente, profundos significados y simbolismos que tienen que ver con la cosmovisión nahua. Sin embargo, estos procesos culturales de larga duración se ven actualmente amenazados por la desigualdad social y por el avance de la modernización. Será labor de las nuevas generaciones dar continuidad a la herencia que les han dejado sus ancestros, la cual ha permitido la existencia de territorios bioculturales como Hueyapan.

Para leer más:

  • Colín, H., Hernández Cuevas A., Monroy R. 2012. El manejo tradicional y agroecológico en un huerto familiar de México. Etnobiología 10 (2), 2012
  • Glockner, Julio (2011). “Campesinos volcaneros”. En Morayta Mendoza, L. (coord.). Los pueblos nahuas de Morelos. Atlas etnográfico. México. Gobierno del Estado de Morelos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, pp. 205-208.
  • Morayta, L. M. y A. Saldaña. 2014. El autoabasto en lospatios de dos pueblos de tradición cultural indígena en el estado de Morelos.Etnobiología 12 (1): 45-59.

Este texto es producto de la investigación sobre la importancia biocultural de los huertos familiares en el estado de Morelos. Lo datos, testimonios e imágenes son resultado del trabajo de campo realizado en este 2019 por la autora.

Hueyapan, ubicado al noreste del estado de Morelos, se conformó como municipio indígena el pasado 1 de enero. Se trata de un pueblo de tradición cultural nahua que ha tenido una relación muy cercana con el volcán Popocatépetl, ya que se encuentra a aproximadamente a 15 km de su cráter.

Debido a que Hueyapan se ubica en una zona de transición entre la montaña y otros ecosistemas más cálidos, en su territorio se puede encontrar una gran diversidad de plantas y animales que se distribuyen entre los bosques, las barrancas y los fértiles valles. Los pobladores señalan que en el monte aún pueden verse animales como el coyote, el tejón, el conejo, el armadillo, el tlalcoyote, e inclusive el venado. El bosque está conformado por especies diversas de cedro, oyamel, madroño y ocote, entre muchas otras. A lo largo del tiempo, los habitantes de Hueyapan han construido y mantenido una estrecha relación con el ecosistema que los rodea. En el caso del monte, la gente aprovecha la madera muerta para el uso doméstico, además de que se sigue practicando de manera esporádica la recolección de algunas hierbas y hongos. Durante muchos años, algunas personas denominadas como “neveros”, aprovechaban la nieve de los glaciares que existieron en el volcán. Así lo cuenta Yosahandy, quien ha vivido en Hueyapan toda su vida:

Pues mi abuelito iba a traer nieve del volcán; él hacía nieve de hielo natural. Con su burrito, se iba de aquí a las 5 de la mañana. La traía, llegaba, rascaba un hoyo debajo de un árbol para que no la tocara el sol y se conservara así intacta, y de ahí sacaba la nieve para hacer sus nieves. Vendía en las ferias los domingos; hacía nieve de limón sin pintura, era natural. Dicen que es curativa esa nieve, cuando uno tiene tos, pero le echaban nieve y vino tinto para que fuera curativa

Como en muchas comunidades rurales, en Hueyapan el aprovechamiento de los recursos no se limita al monte. Como lo menciona Glockner (2011), en las comunidades campesinas “la casa aloja a la naturaleza”, y son los huertos familiares, traspatios o solares, los que la resguardan. Estos espacios son de gran importancia ya que, en ellos, las y los campesinos, con todo el conocimiento que tienen sobre el medio en el que habitan, han intentado reproducir parte de los ecosistemas que les rodean. Dichos espacios juegan un papel muy importante para el autoabastecimiento de las familias, ya que en ellos se produce y reproduce una gran variedad de plantas con importancia alimenticia, medicinal, ornamental, ritual, artesanal, forrajera, pero también para combustible e incluso para la construcción. Del solar se obtienen complementos alimenticios durante la temporada de abundancia y recursos esenciales para la sobrevivencia cuando llegan los tiempos de escasez. Además, en el solar ocurre gran parte de la vida cotidiana, por lo que dichos espacios se convierten en el escenario en el que el conocimiento tradicional es puesto en práctica y transmitido a los integrantes más jóvenes de la familia. Son espacios de convivencia familiar e incluso son usados como talleres para la elaboración de artesanías o para la fabricación de herramientas para el trabajo.

En Hueyapan, se ha reportado que los solares cuentan con al menos 70 plantas que tienen algún uso. Como se mencionaba anteriormente, la producción que se genera en estos espacios sirve para satisfacer las necesidades inmediatas de la familia. Pero cuando existen excedentes es muy común que parte de lo que se produce sea destinado al trueque en el mercado local, cuya actividad es exclusiva de las mujeres. Así lo describe doña Carmela:

Lo que yo hago con los chayotes es que no los vendo, me los cambian. Llevo una cubeta de chayotes, una cubetita del diez. Me dan $50.00; con esos, la señora me da un tanto así de cacahuates, me da dos puñitos de frijol chino, me da un manojo de cebollas que traen como 6 cebollas y me alcanzan para toda la semana. Entonces de ahí mismo ya saqué más cosas yo

Los principales productos que se intercambian son chayotes, chícharos, flores, manzanas y aguacates. El martes, día de plaza, también se aprovecha para conseguir otros productos que no se dan en el lugar, como copal, jitomate, plátano, naranja, chile, piña, papaya y otras más que provienen de “tierra caliente”, como le llama la gente a zonas más bajas, pertenecientes a Puebla, Guerrero o el mismo Morelos.

Además del solar y el monte, la gente aprovecha otros espacios que son comunales o de su propiedad, sembrando principalmente frutas como la pera, manzana, ciruela, durazno, higo, tejocote, chirimoya, granada, capulín, nísperos y membrillo. Esta clase de cultivos se mantenían a la par de la siembra de maíz, que se ocupaba para satisfacer las necesidades de la familia durante todo el año. Sin embargo, con el aumento de la demanda de aguacate a nivel nacional, ha ido creciendo el número de familias que han dejado de lado la milpa y la han cambiado por la siembra de este codiciado fruto. Como lo platica doña Carmela:

Mire, lo que aquí se produce es el maíz, el frijol. Pero la gente, bueno, para empezar, los señores ya no quieren sembrar, ya no quieren ir al campo. Ahorita mire usted, están sembrando mucho aguacate, ya tienen sus huertas de aguacate. Lo que ya no quieren es sembrar, porque aquí en Hueyapan ya hay mucho tortillero, entonces las señoras se les hace más fácil comprar la tortilla y ya no hacerlas. Entonces los señores se están enfocando en sembrar sus terrenos con puro aguacate, porque después ya nada más cortan. Lo venden por huertas, por tonelada lo venden, lo poco o mucho que salga. Así veo a la gente, que ya no quiere sembrar y las señoras ya no hacemos tortilla

Como en muchos lugares, la modernidad ha llegado también con cambios en la alimentación. La comida que antes provenía principalmente de la milpa y el huerto, hoy ha sido reemplazada por productos industrializados que son consumidos por chicos y grandes, aunque muchos de ellos resultan más atractivos para la juventud. Como dice doña Carmela:

Pues la verdad es que ahora la juventud si come mucha chatarra. Yo a mis hijas que ya se iban a la escuela, un día les dije: “oigan hijas, yo ya supe algo malo de la maruchan, ora qué van a hacer ustedes”. Me dijo: “si mamá, nosotros también ya lo supimos, ya no vamos a comer maruchan”. Y ya no comen maruchan, ora ya comen pizza

El cambio de hábitos alimenticios ha repercutido en la salud, incrementando las enfermedades como la diabetes, la hipertensión y el cáncer. Aunque la comunidad cuenta con un centro de salud, el primer tratamiento de cualquier padecimiento se da en el hogar, ya que la mayoría de la población, principalmente las mujeres, cuentan con algún conocimiento sobre la forma de aliviar las enfermedades más comunes con plantas. Dentro de los padecimientos que se tratan inicialmente en el hogar, están los estomacales; los que se dan durante el parto y puerperio; los musculares y los que se dan para tratar los síndromes de filiación cultural.

Para dichas enfermedades, existe una gran variedad de formas de preparación de las plantas. Por ejemplo, para aliviar malestares estomacales se realiza lo siguiente: “se toma uno la hierbita que se llama Santa María, o hinojo con un pedazo de piloncillo y unas gotitas de limón. Yo, cuando me duele el estómago, me tomo esa planta que se llama guayaba, pongo las hojitas a hervir, ya que hierve el agua le tiro las hojitas y me lo tomo”. También se realizan masajes con algunas cremas, y al finalizar, se colocan sobre el vientre varias plantas, como la Santa María, durazno, tomate, hojas de agua y alcohol: “se amarra con un fajero y listo. Esas son las que nos han curado, así tengamos fiebre por la infección del estómago. Pero, si ya no quiso, ora sí mijita, vámonos con el doctor de allá abajo”. Otras enfermedades como el coraje, es tratado con la hierba maestra. El “gashancle”, que se define como el “decaimiento o recaída”, se alivia con pisiate curativo, tomate y alcohol. Cuando una mujer entra en labor de parto, se prepara un chocolate con ruda: “dicen que calienta los huesos para que se abran”. También se usa el romero y el azomiate, que tienen una acción terapéutica opuesta:

El romero es caliente. Si le duele la cintura, si le duelen los pies, se baña con eso. La cabeza no, porque entonces le aturde, le duele el cerebro. Si tiene calor o se siente mal del cuello o de la cabeza, se va a bañar con esa hierba. La hierve y con esa se baña, se llama azomiate. Este es frío y el romero caliente. Si se echa este, pues le duele más la cabeza, si se echa el otro, la refresca

Como podemos observar, en este municipio indígena, la importancia de las plantas silvestres y domesticadas va de lo alimentario a lo ritual, además de la valoración que tienen por cumplir funciones medicinales o de ornato. Pero más allá de lo puramente funcional, en torno a las plantas y a los patios familiares se han configurado históricamente, profundos significados y simbolismos que tienen que ver con la cosmovisión nahua. Sin embargo, estos procesos culturales de larga duración se ven actualmente amenazados por la desigualdad social y por el avance de la modernización. Será labor de las nuevas generaciones dar continuidad a la herencia que les han dejado sus ancestros, la cual ha permitido la existencia de territorios bioculturales como Hueyapan.

Para leer más:

  • Colín, H., Hernández Cuevas A., Monroy R. 2012. El manejo tradicional y agroecológico en un huerto familiar de México. Etnobiología 10 (2), 2012
  • Glockner, Julio (2011). “Campesinos volcaneros”. En Morayta Mendoza, L. (coord.). Los pueblos nahuas de Morelos. Atlas etnográfico. México. Gobierno del Estado de Morelos, Instituto Nacional de Antropología e Historia, pp. 205-208.
  • Morayta, L. M. y A. Saldaña. 2014. El autoabasto en lospatios de dos pueblos de tradición cultural indígena en el estado de Morelos.Etnobiología 12 (1): 45-59.

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