La escultora Flor Molina inauguró su exposición “San Nicolás Cuajinicuilapa ...Mi tierra negra” en el jardín escultórico del Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano (MMAC), muestra en la que comparte el orgullo de sus raíces afrodescendientes y su amor por su cultura, además de levantar la voz por los derechos de las personas afrodescendientes.
“Es una manera de hacer énfasis que, aunque somos afrodescendientes somos mexicanos y mexicanas, cuando menciono la tierra donde nací vuelvo a recalcar, que somos de aquí; y precisamente la titulé así para decir que aquí estamos, que todos somos iguales y que no nos discriminen. Es una forma de visibilizar mis raíces y esta cultura que está muy arraigada en muchas partes de México”, expresó Flor Molina.
En esta exposición, la reconocida artista comparte alrededor de 18 piezas escultóricas realizadas en Barro de alta temperatura, en las que resalta los rasgos de las personas afrodescendientes y todo el contexto en el que ella creció, junto al mar allá en su tierra, San Nicolás, Cuajinicuilapa, localidad ubicada en la Costa Chica de Guerrero.
“Mi obra siempre hace referencia al mar, para muchas personas el mar les da paz y es sanador, para mis ancestros y ancestras afrodescendientes, el mar era esperanza porque me imagino y me han contado que muchos deseaban convertirse en esas sirenas y peces que veían para así obtener su libertad. A veces pienso que es una misión que tengo de hacer hincapié en que los afrodescendientes estamos aquí y no somos extranjeros, somos mexicanos como todos los que nacemos en esta tierra. Hoy soy afromorelense porque tengo ya 51 años viviendo en esta tierra”.
En sus obras, Flor Molina recalca los rasgos que siempre han caracterizado a sus esculturas y que por supuesto, hacen referencia a las características físicas de los afrodescendientes. La artista menciona que, entre esos rasgos, están la nariz ancha, los pechos grandes y los pies con los cuales sus ancestros corrían y corrían cuando tenían la oportunidad de escapar y por eso se les hicieron muy grandes.
“Cada pieza salida de la magistral química entre las tierras, el agua, el aire y el fuego representa las intimidades de una mujer que ha decidido capturar en forma de escultura momentos de sus más de cinco décadas de observar, percibir, oler, vivir... La obra de Flor Molina, es la oportunidad de crear en cada quien una realidad paralela a lo que ella misma ha plasmado”, se puede leer en el texto que acompaña a la exposición, escrito por Wilfrido Ávila, director del Museo Universitario de Arte Indígena Contemporáneo.
Flor suele trabajar con el barro de alta temperatura, porque considera muy importante y fundamental la unión de los cuatro elementos al momento de crear, el aire, la tierra el fuego y el agua, los cuales en conjunto emanan una gran fuerza, esa fuerza con la que ella elabora cada obra que es la misma fortaleza que sus ancestros tenían.
“Flor Molina, sirena navegante de aguas de la memoria ancestral, hace emerger de las profundidades del inconsciente histórico, seres míticos; con sus manos acaricia la tierra y con su potencia de mujer negra, les insufla vida”, escribe Xochiquetzal Salazar, sobre la exposición.
La artista quedó fascinada con la curaduría realizada en el MMAC, para esta exposición, ya que las esculturas fueron colocadas en los estanques del Jardín Escultórico como una forma diferente de presentar su obra, a lo que se ve tradicionalmente en los museos.
“Todo está increíble y va de acuerdo con las temáticas que manejo, las obras están dentro de los estanques, y se podría decir que aquellas sirenas y seres, emergen de las aguas. Me gusta mucho esa forma de aprovechar el espacio, es una manera distinta de ver la obra, porque en los museos es muy rígido y todo está cerrado. Acá, se tiene una vista desde cualquier punto”.
Las esculturas de Flor convergen de una forma perfecta con las obras escultóricas del artista Juan Soriano que se ubican en este espacio, algo que es muy significativo para la talentosa artista.
“Para mí es un honor, que mis hijas por así decirlo, estén aquí convergiendo con Juan Soriano y sus obras, me siento muy contenta. Espero que visiten la exposición, está abierta al público en general para que la disfruten niños, jóvenes y adultos de todas las edades”.
La exposición “San Nicolás Cuajinicuilapa ...Mi tierra negra” permanecerá en el MMAC hasta principios de enero de 2024, visítala de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas, entrada libre.
Durante los próximos meses se harán visitas guiadas y eventos especiales en torno a esta muestra, para más detalles visitas las redes sociales del MMAC.
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