La artista Irma Villalobos inauguró su exposición “Ahuehuetes. Testigos del tiempo” en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (Mucic), en la que comparte una serie de obras que parten de la fotografía, que muestran la fuerza vital de estos árboles ancestrales. Cabe destacar que esta es su primera exposición en Cuernavaca.
“La idea de esta muestra, comenzó en la pandemia con un árbol vecino y después me fui a Chapultepec y Camécuaro, Michoacán. Y es que el tema, tiene que ver mucho con la línea que he trabajado en mis exposiciones. Me llega un tema, y empiezo con espacios blancos para elaborar cosas en la computadora e investigar acerca de él, y esto lo empecé hace dos años y medio y la verdad que ha sido un tema muy gozoso, muy plástico porque son vegetales con mucha vida, textura e historia”, expresó Irma Villalobos.
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En esta exposición, Irma presenta 34 obras en distintos formatos, que dejan entrever la luz, sombra, agua, tierra que delinean el estar de estos majestuosos árboles. Indagar en sus estructuras: troncos, cortezas, raíces, follajes, y en la manera en que la luz los abraza y define es la propuesta de esta exposición. Cada imagen destaca sus cualidades plásticas, características morfológicas, volúmenes y texturas. Son estampas oníricas, con una pátina etérea, en las que "los viejos del agua" parecen contarnos sus historias.
“Parto de fotografía digital, la mayoría es 35 mm y algunas tomadas con la cámara del teléfono celular, y de la imagen hago una fotocopia que transfiero a papel de arroz en tórculo, y parece más estampa que foto”.
La artista menciona que el título de la exposición “Ahuehuetes. Testigos del tiempo” hace referencia a que éstos árboles tienen que ver mucho con la historia de los indígenas con sus rituales y su manera de pensar e incluso su simbología. Y destacó que uno de los más antiguos es el Árbol del Tule que tiene 2 mil años, y en las fotografías tomadas especialmente en Camécuaro, Michoacán tienen entre 400 y 500 años.
Irma comenta que su ensayo anterior fue sobre Nopales y estuvo 10 años trabajando en diferentes ciudades de la República Mexicana, con la asesoría de un investigador de zonas desérticas que la refirió con un amigo que está cerca de Camécuaro, para realizar este proyecto de los Ahuehuetes, con el objetivo de tener una visión más de los locales y así trabajar directamente con ellos.
“Tú no buscas a los temas, ellos te encuentran, de acuerdo a ciertas tendencias siempre me ha gustado la naturaleza, sé que los abuelos tuvieron ranchos que nunca vi, pero hubo contacto con la tierra desde la infancia. Mi hermano mayor y yo tenemos un gusto por sembrar y disfrutar de la naturaleza”.
Irma Villalobos menciona que estudió la carrera de Sociología, y trabajó en ese ámbito durante cinco años aproximadamente, sin embargo, no le gustó el tema de la burocracia, y de forma inesperada la fotografía y las artes llegaron a su vida, para desarrollarse de lleno en ellas.
“Hice un viaje y mi hermano me regaló una cámara fotográfica, a partir de eso, empecé a estudiar y a experimentar, hice mucho trabajo de laboratorio en el cuarto oscuro, fue investigando, creciendo, jugando y me gusta más fotografiar que hablar, siento que puedo comunicar más a través de mis imágenes que con la palabra”.
La exposición “Ahuehuetes. Testigos del tiempo” permanecerá en el Mucic hasta el 5 de noviembre, visítala de martes a viernes de 10:00 a 17:00 horas y sábado y domingo de 10:00 a 15:00 horas, entrada libre.
La artista define esta exposición como un espacio verde con tradición y remanso de paz, por lo que invita al público a visitarla, esperando transmitirles tranquilidad y disfrute en cada una de las imágenes.
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