Jesús Peredo Flores, originario de Cuernavaca, es un talentoso y virtuoso músico que se ha desempeñado como guitarrista, compositor, estudioso de las músicas tradicionales, promotor cultural y corridista de la música suriana, con una trayectoria de más de 50 años.
Su interés por la música inició desde temprana edad, de forma muy natural y espontánea, pues considera que es algo que se trae en las venas y una herencia de su familia.
“Cuenta mi madre que un día llegó mi tío Francisco Ruiz Linares, que fue como mi padre, y cantó una canción de María Grever, y que yo con mi vocecita le hice segunda, y mi tío dijo ‘ay, canijo mocoso’. Yo creo que se debió a eso, porque con lo viejo y lo leído sé que hay un rollo genético. En mi familia el músico más cercano fue mi bisabuelo, él hacía instrumentos musicales. Cuando tenía 12 años llegó mi hermano mayor Ignacio Campos con una guitarra y yo trataba de tocarla y él me regañaba, pero después me dijo que si iba a agarrarla aprendiera bien”.
Y para aprender a tocar la guitarra su primo Carlos Ruiz comenzó a enseñarle; él aprendió muy rápido y, de hecho, cuando tenía 14 años, formó una banda de rock que se llamaba Los Beans.
“Fue un golpe muy afortunado de suerte en esa época, porque el rock es complejo y había grandes exponentes como Jimmy Hendrix y Eric Clapton, y tuve muy claro que para tocar como ellos tenía que estudiar, entonces ingresé al Instituto Regional de Bellas Artes de Cuernavaca y ahí conocí a mi maestro de toda la vida. Alberto Salas Rodríguez, considerado uno de los pilares de la guitarra clásica en México”.
Durante tres años tomó clases con Salas Rodríguez, quien de inmediato vio su enorme potencial y lo invitó a dar clases también, pero, además, sabía que necesitaba prepararse aún más, por lo que era necesario estudiar en otra escuela más grande fuera de la ciudad.
“Es así como llegué a estudiar al Conservatorio Nacional de Música, pero debido a una enfermedad tuve que salirme durante un año para recuperarme; posteriormente retomé mis estudios en la música pero ingresé a la Escuela Nacional de Música de la UNAM”.
En 1973 junto a grandes amigos fundó el grupo Los Huachichilas, un ensamble músico-vocal que estuvo conformado por Jesús Peredo, Carlos Sandoval, Marcos Deli, Enrique Torres Agatón, Isaías Alanís, Isaac Rubén Izquierdo, René Torres, Marisol Pérez, Ernesto Cabrera y Luz María Robles.
La agrupación interpretaba música tradicional y popular de México, y de varios países de Latinoamérica. Asimismo, tenían su música y composiciones propias, cuyas letras se caracterizaron por ser una invitación a la reflexión de aquel momento histórico, especialmente de los movimientos sociales y las dictaduras militares.
En esta agrupación Jesús destacó como compositor, arreglista y director musical. Y durante su trayectoria de 1973 a 1982 el grupo recorrió casi toda le República Mexicana y el sur de los Estados Unidos de América.
Posteriormente, en 1987 se fue a Europa, donde desempeñó su carrera con gran éxito, especialmente en España y Francia, países en los que conoció otras culturas que enriquecieron su formación musical, pero siempre mantuvo su esencia y amor por la música mexicana.
“Llegué a Barcelona con una carta de Luis Garza Alejandro, considerado de lo más importantes en Cultura acá en México; le entregué esa carta de recomendación a Eduard Delgado, pero él me dijo que así no eran las cosas, que ahí se programaba hasta con un año de anticipación. Estuve como seis meses tocando en las calles, pero fue de gran aprendizaje, dirigí varios grupos y fui guitarrista de Rosa Zaragoza. Posteriormente me fui a Francia y dirigí el primer Mariachi en Eurodisney y estuvimos algunos meses. Fundé como tres mariachis más y fuimos a varias partes de Europa como Estambul y Alemania. Y Rodrigo Barahona, quien tenía el Mariachi Anáhuac, nos invitó a quienes nos consideraba los mejores, a hacer una audición con Bernard Lion, un productor muy famoso y gracias a él estuvimos en Montecarlo como cinco años”.
A lo largo de su camino Jesús participó en las clases magistrales de guitarra de los maestros Leo Brouwer, de Cuba; Abel Carlevaro, de Uruguay y Costas Cotsiolis, de Grecia, entre otros.
La importancia del corrido suriano
Jesús Peredo es considerado como uno de los especialistas más importantes en el estudio del corrido suriano de Morelos, con énfasis en los que fueron compuestos durante la guerra que tuvo el Ejército Libertador del Sur, comandado por el general Emiliano Zapata Salazar.
“El corrido suriano lo conocí en 1975, y descubrí una maravilla con las letras, de tal manera que yo fui quien la bautizó como la canción campesina porque considero que es una de las más eruditas de origen campesino. Y fue cuando conocí a don Félix Trejo de la Bomba de Ocotepec, él fue quien me empezó a enseñar sus corridos y no me gustaba cómo sonaban, pero empecé a darme cuenta de las letras y me percaté que teníamos que analizarlas. Con Isaías Alanís analizamos escalas, ámbito entre las notas altas y bajas, armonías, acordes ritmos y a partir de eso he sacado serie de conclusiones y con esa complejidad hice una metodología, y así me fui haciendo especialista”.
En su texto “Los corridos tradicionales surianos” Jesús Peredo destaca que “para adentrarse al estudio más profundo de la trova suriana el autor de estas líneas propone el término ‘conglomerado’, debido a que el término ‘corrido’ está lejos de describir el conjunto de estilos diversos que se sumaron a través de los siglos”.
Gracias a sus estudios es reconocido como un importante corridista suriano por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y ha llevado su talento y música a distintos rincones de Morelos, la República Mexicana y otros países.
Con el objetivo de continuar la promoción y conservación de la música tradicional, Jesús se ha desempeñado como maestro y ha formado a muchos jóvenes en el arte de la música. Además, ha publicado diversos artículos sobre las músicas tradicionales de México, destacando la Tierra Caliente de la Depresión del Río Balsas y el Corrido Suriano.
Jesús ha sabido combinar su formación académica con el estudio riguroso de las formas musicales de tradición oral de México y otras partes del mundo, proponiendo un método de enseñanza basándose en ambas formas de transferencia del conocimiento.
“Me fascina enseñar música, y considero que se pierde mucha concentración entre tener la partitura y ver qué dedo es, entonces lo importante es aprender de oído y comprender el lenguaje. A mí siempre me interesa que sean mejores que yo y que no se queden estancados”.
Jesús Peredo ha colaborado con otros músicos y artistas de diversas disciplinas, una de ellas es la creación de la música para la obra de teatro “Liz-sí-trata”, de Jaime Chabaud, con la Compañía Mulato Teatro en 2022.
Asimismo, junto a Agustín Barbosa es coautor de la música original de la película “Los Jinetes del tiempo”, dirigida por José Ramón Pedroza. Esta cinta ha obtenido diversos reconocimientos en diversas partes del mundo.
Su proyecto más reciente es el lanzamiento del álbum “La vida en un suspiro”, que recopila lo mejor de su obra musical en más de cinco décadas de carrera, como compositor, arreglista, intérprete e investigador. El álbum incluye 98 temas musicales de su autoría y tiene tres textos sobre las músicas tradicionales de transmisión oral de México, escritos por él.
Sin duda, Jesús Peredo es uno de los músicos más importantes y destacados en Morelos, que, gracias a su labor, ha logrado preservar la trova suriana, que da identidad al estado de Morelos.
En 2017 recibió la postulación a los Latin Grammy por el disco “Virtuosos del son”, realizado a dueto con Serafín Ibarra, producción que es considerada por los especialistas como un parteaguas en la discografía de la música tradicional mexicana.
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