El plazo de registro de candidatos está concluyendo en estos días, los 23 partidos políticos con registro en Morelos han estado literalmente a la caza de candidatos para las alcaldías, regidurías y diputaciones.
Me han llamado muchas amigas y amigos para compartirme su intención de participar en la elección por alguno de los partidos. Puedo decir que en cada partido político, sólo en Cuernavaca, va alguna amiga o amigo o conocido de candidato a algún espacio.
Cuando me lo comentan escucho emoción y entusiasmo, es como si se hubieran sacado un premio de la lotería, y sí en efecto, su candidatura es un boleto para disputar un cargo de representación. El entusiasmo va más allá de ganar o perder, el simple hecho de tener el boleto para participar es suficiente para generar alegría y contagiosa emoción.
Hoy nadie puede decir que no hay espacios de participación, 23 partidos y candidaturas independientes. Hoy el que quiere puede, claro que tiene que invertir mucho dinero y tiempo, además de creatividad, imaginación, estrategia y tener equipo.
Por otro lado a los partidos les interesan los votos, por eso se han dedicado a buscar a las y los ciudadanos con liderazgo y ganas de participar para ofrecerles las candidaturas. Los partidos de nueva creación, los tradicionales y todos absolutamente todos van en primer lugar por la conservación del registro, por tener alguna diputación plurinominal y el mayor número de regidurías posibles en los municipios.
Así vemos en Cuernavaca candidatos muy conocidos, un exgobernador, un exalcalde, exdiputados, empresarios, transportistas, maestras y maestros, líderes de comunidades y entusiastas aficionados.
Antes había 30 diputaciones que se disputaban dos o tres partidos, hoy hay 23 partidos y solo 20 espacios en el Congreso, es decir, tenemos más opciones y menos espacios, lo mismo sucedió en los ayuntamientos con la disminución de regidurías. Esta estúpida contradicción se la debemos a la anterior legislatura.
Hoy tenemos muchísimas opciones para elegir, pero sólo una ganará y paradójicamente hay menos espacios a repartir, así que la competencia es aparentemente feroz. En realidad la disputa real en cada municipio y en cada distrito se da entre Morena y algún otro partido o candidato. En los municipios más pequeños el candidato pesa mucho más que el partido.
Si revisamos las encuestas el partido en el poder lleva una delantera relativamente cómoda, si revisaran las encuestas las y los entusiastas candidatos quizás lo pensarían dos veces.
La realidad es que el entusiasmo y las ganas de los candidatos que son los que dan la cara por los partidos, se va a traducir en trabajo intenso por conseguir el cargo de elección, si lo logran bien por ellos, si no lo logran habrán abonado con votos para el candidato a diputado plurinominal o bien para quien encabeza la lista de regidores, quienes son por lo general los dueños de los partidos.
Cuando me llaman mis estimadas amigas y amigos para compartirme su decisión de ser candidatos, no los aburro ni los desánimo diciéndoles que su trabajo, esfuerzo y dinero será para que otros lleguen, al contrario, los animo, los felicito por ese ejercicio democrático que hace más fuerte a la sociedad y sobre todo les digo: diviértete mucho y disfrútalo, vale la pena vivirlo y gozar de la experiencia de ser candidato por tres meses. Es la fiesta de los votos.