Lecciones de amor y violencia: un viaje por los recuerdos

Alan Ramírez estudia en la Escuela de Teatro, Danza y Música de la UAEM

Maritza Cuevas / El Sol de Cuernavaca

  · lunes 26 de agosto de 2024

"Lecciones de amor y violencia por Padre Amadeus" recrea la estética de los años pasados. / Maritza Cuevas / El Sol de Cuernavaca

La obra de teatro "Lecciones de amor y violencia por Padre Amadeus", de Alan Ramírez, se presentó en el Foro Cultural a través de la compañía El Culto Colectivo. La obra tiene tintes de ciencia ficción retro, cuyo núcleo principal es la nostalgia.

"Es una obra que surgió a partir de querer contar una historia, en este caso de amor, pero desde un lugar que no fuera convencional", expresó Alan Ramírez, dramaturgo y director.

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La obra transcurre en un espacio onírico de la mente en el que se brinca entre recuerdos, sueños e imaginación para adentrarse en las distintas etapas de la vida de dos personajes, desde el juego de la infancia, las metas de la adolescencia y la nostalgia de la adultez.

El elenco de esta obra está integrado por las actrices Anel Michelle y Majo Vegas, quienes representan personajes muy peculiares que transitan por varias etapas de la vida, acompañadas en escena de multimedia con una televisión y una serie de imágenes diversas.

La escena se caracteriza por revisitar estéticamente las infancias de la época de los noventa: las horas frente al televisor, la música disco, la fascinación por los aliens, el auge de la cultura japonesa y las vestimentas holgadas. Pero también los personajes transportan a los espectadores por lugares oníricos, yendo del Monte Fuji a una competencia de baile, de adentrarse en un videojuego a un baile sobre un lago.

Una vez que atraviesan esos pasajes, finalmente ocurre un reencuentro, lleno de incomodidades, disgustos, de historias sin contar, de historias del pasado y de aprendizajes. Finalmente, conocemos lo que llevó a las protagonistas a pasar por eso.

La estructura de la obra se caracteriza por ser radical, ya que separa la acción del diálogo, ejecutando cada uno por separado para diferenciar los actos que la conforman. El primero aborda la infancia y la adolescencia, en él los personajes juegan, bailan, miran la televisión, pero en ningún momento hablan. Es en este momento que descubrimos quién fue Amadeus, un testigo de la relación que conocemos periféricamente en la historia.

Posteriormente, cuando los personajes hablan, ocurre la segunda parte de la obra, sin acción más allá del diálogo que tienen con el público, y finalmente repasamos el devenir de una relación.

"A nivel referencial, la inspiración viene sobre todo de la literatura, que es donde puedes usar estos pensamientos más que los diálogos. Y a nivel técnico, surge desde el punto de vista de crear fuerzas opositoras, pensar en un yin y un yang y ver de qué manera podían coincidir en una historia de amor".

Alan menciona que esta obra comenzó a trabajarla desde principios de año, desde escribir el texto y reunir a la gente con la que desarrollaría este montaje.

"La obra es original, entonces muchas de las ideas que tenía parten de anécdotas, imaginación e historias que he escuchado. Fueron aproximadamente seis meses de montaje a través de un laboratorio, jugando en escena y viendo qué cosas y elementos podían funcionar. Ya después trabajamos con los ensayos durante dos meses".

Para él, esta obra implicó un reto importante, ya que es la primera obra original que realiza, pues anteriormente ha hecho adaptaciones, sobre todo de textos clásicos.

"Nuestro objetivo principal con esta obra es que el público encuentre una nostalgia, quizás no político-social de evocar específicamente una época, sino una nostalgia personal, que evoque un pasado, tal vez infantil, adolescente, de su juventud e incluso en la adultez".

Expresiones artísticas en Cuernavaca

Durante este año, la compañía El Culto Colectivo presentó una primera temporada de esta obra en la Casona Spencer, y posteriormente esta función especial en el Foro Punto Cultural, contribuyendo al desarrollo escénico independiente en Cuernavaca.

Hay mucha gente con muchas intenciones artísticas en Cuernavaca, y nos da gusto ser parte de esto

Alan Ramírez estudia la carrera en la Escuela de Teatro, Danza y Música de la UAEM, donde ingresó sin realmente conocer nada de teatro, pero ahora es su mayor pasión, pues tiene gran interés en seguir desempeñándose en este ámbito.

En esta obra, Alan está acompañado por Marcia Pach Mora (asistencia de dirección y diseño sonoro) y Max Hernández (multimedia).


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