Lleva el indigenismo a la Academia de la Lengua

Fernando Nava genera una herramienta que ubica a la diversidad lingüística existente en el país

La Redacción

  · lunes 30 de abril de 2018

Fundador del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Fernando Nava López/Foto: UNAM

Propuesto por los académicos Yolanda Lastra, Ascensión Hernández Treviño y Pedro Martín Butragueño, para sustituir al lingüista Leopoldo Valiñas, el investigador Fernando Nava López, fundador del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, fue electo por unanimidad como miembro de número para ocupar la silla XXIII de la Academia Mexicana de la Lengua (AML).

“Fernando Nava tiene como el logro más alto de su carrera la fundación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, del que fue su primer director general. Subrayo que durante su gestión se realizó el primer mapa de las lenguas indígenas en México, labor de importancia extrema, la cual se acompaña con el catálogo de lenguas indígenas nacionales que lleva como subtítulo ‘Variantes lingüísticas de México con sus autodenominaciones y referencias geoestadísticas’”, señaló Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, durante la ceremonia realizada en Bellas Artes.

Asimismo agregó que “lo anterior es un catálogo preciso en el que se establece la forma en cómo los diferentes pueblos amerindios de nuestro país se autoreconocen puesto que se dice ahí con razón, aunque la mayoría de estos nombres son con origen indígena, por lo común, fueron aplicados de manera exógena, es decir, desde fuera del respectivo cuerpo indígena que designaron. Por ejemplo, la lengua que en español llamamos carrasca, debe llamarse purépecha; tampoco en estricto apego a la realidad existe la llamada lengua totonaca y así subsecuentemente”,

El trabajo de campo que permitió levantar este catálogo fue hecho a lo largo de más de cuatro años, herramienta que ubica a las 11 familias, las 68 agrupaciones y las 364 variantes lingüísticas que se hablan en el territorio nacional.

“Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población monolingüe que hablaba una lengua amerindia en México ascendía a más de siete por ciento del total de nuestros habitantes, es decir, más de siete millones de hablantes; en 2000, esa cifra se había elevado a 10 millones. Para 2015, había más de 7.5 millones de hablantes monolingües y 14 millones si se considera a los bilingües.

Lo expuesto indica un crecimiento y no un decremento de la población total de hablantes de alguna lengua amerindia. Las cifras que ofrecen diversos demógrafos hablan de más de 25 millones de indígenas en el momento de la Conquista y de más de 300 mil habitantes en México Tenochtitlán porque el islote en el que se asentaba el gran centro ceremonial mexica apenas tenía nueve hectáreas, la mayor parte de las cuales la ocupaban los Teocallis, la población vivía en los alrededores del lago en sus milpas y sus calpullis”, mencionó el doctor Labastida.

El primer conteo más o menos preciso se hizo en la época del virrey Mendoza y arrojó un promedio de 2.5 millones de amerindios. En 1804, Alexander Von Humboldt, apoyado en el censo de Revillagigedo calculó un poco más de 2.5 millones de indígenas sobre una población de cinco millones 200 mil habitantes en el conjunto de Nueva España, es decir, 40 por ciento del total. Por consecuencia del censo, Humboldt concluyó que la población originaria lejos de haber disminuido había aumentado en los últimos 50 años, entre 1750 y 1800.

“Cuando Konrad Theodor Preuss, visitó la meseta del Nayar entre 1905 y 1907 encontró que los coras sumaban cinco mil hablantes y los huicholes alrededor de ocho mil, a los cuales consideró como fósiles culturales, cuerpos orgánicos en proceso de extinción. Debo decir que su predicción por fortuna fue errónea, el día de hoy hay más de 25 mil coras y más de 45 mil huicholes, lo que significa que se han multiplicado por cinco, lo propio ocurre con lenguas derivadas del maya que superan los 800 mil, del náhuatl superan el millón.

“No deseo en modo alguno ofrecer un panorama tranquilizador, varias de nuestras lenguas estén en proceso de extinción, el número de sus hablantes decrece con rapidez, y por supuesto, su proporción con el total de hablantes de la lengua española cada día se reduce más" comentó.