Tiene rato que vivimos en discusiones polarizadas con las que nos subimos a la discusión política. Esto tiene que ver con la transición política que vivimos desde hace varias décadas y que nuestras élites obstaculizaban a como diera lugar, con odio porque es una manera barata de hacer campañas. ¿Recuerda usted?: …Es un peligro para México. Han sido tantos años que nos hartó, ya estábamos hasta la ma… de tanta discusión política polarizada y de odio. Pero, ¿Qué cree? Llegaron a exacerbarla “las redes”, el twiter, el Facebook, el whatsapp.. pero también los medios, es decir la prensa, la televisión, el radio… en las redes y las campañas políticas.
Producto de estas discusiones en los medios y la popularidad y masificación de las redes, pronto los medios tradicionales decidieron también utilizar a las redes para recuperar el lugar que las redes les habían ganado. Hoy, otra vez dentro de esa transición política que vivimos cotidianamente, que parece eterna y que no podemos abandonar y dentro de otras campañas políticas de otras nuevas elecciones nacionales. Escuchamos las noticias y de repente nos encontramos con otra discusión en donde aparecen los personajes de siempre discutiendo, defendiendo su posición y descalificando a los de enfrente, frecuentemente si se puede insultándolos. Desde su posición estos líderes nacionales de opinión, otra vez, discutiendo en torno al problema en turno y descalificando al de enfrente. Desde luego, diciéndonos que ellos tienen la razón y que “los de enfrente” no. Además, que ellos no contribuyen a estas discusiones y redes de odio; pero que ya esperan en las redes los “discursos de odio” que van a recibir. Estos discursos de odio de las redes se han hecho tan frecuentes y cotidianos que una de las instituciones académicas más prestigiadas del país organizó un seminario sobre las redes de odio. Por cierto, acabo de descubrir que las ha rebautizado y le ha llamado “Seminario sobre violencia y paz” que forma parte del proyecto “Odio y concordia” en donde se proponen dar seguimiento y monitorear “el discurso de odio que producen las campañas políticas”.
Parte de estas redes de odio y discursos de odio tiene su origen en dos situaciones. La primera es que una de las élites de nuestra sociedad, en México y Morelos, fue obstaculizando de diversas maneras un cambio político y la alternancia política de los, entonces, partidos políticos dominantes, PRI, PAN y PRD, otra desde fuera ¿Recuerda las redes de Odio de Donal Trump? La segunda situación es que nuestros líderes nacionales de los medios les llegaron a vender la idea, que la crítica debe de llevar cierta dosis de odio y agresividad, pero que ellos no lo hacen así. Sin embargo, uno de los noticieros —el más escuchado quizás— en los medios y en las redes lo impulsaba, según ellos sin darse cuenta, pero tuvieron que cambiar sus líderes de opinión porque, no sé como, finalmente se dieron cuenta. Recuerdo dentro de esos cambios, que una de las mujeres líderes de opinión recibió a la otra, obviamente del bando de enfrente y simpatizante de Morena, con una frase muy agresiva, llena de odio y descalificación, para decirle que allí privaría la paz y la concordia, que éstesería el tono del espacio que compartirían en el noticiero y que nunca iba a decirle: “chaira, arrastrada y lamehuevos”. Y ¿cómo ven? para no decírselo nunca simplemente se lo dijo de una vez, después quedaría seguramente en todas y cada una de sus intervenciones, aunque no lo dijera.
Hoy, la discusión de “odio” turno puede girar y tratarse sobre el debate nacional en turno. Si usted quiere aquel que proponga el presidente de la República en las mañaneras o alguno de sus contrincantes en los medios, por ejemplo, la destitución de las candidaturas de Salgado Macedonio y de Raúl Morón a los gobiernos de Guerrero —no me aguanto las ganas de decirle que fue lo más atinado, pero no por los gastos de precampaña no reportados, sino por las acusaciones de violación no resueltas por la justicia de Guerrero y por el injustificable apoyo del presidente de México y su partido— y Michoacán. Y mañana seguramente nos enfrascaremos en otra discusión de odio por motivos políticos sobre alguna otra de los graves problemas que nos afectan, por ejemplo, para discutir el grave problema del agua que nos afecta tanto a quienes vivimos en Cuernavaca. Ahí nos encontraremos en estas campañas políticas a los candidatos a la presidencia municipal de Cuernavaca invitándonos a sumarnos con nuestro voto. Ojalá y no lo hagamos desde una perspectiva de odio, como quiera que usted decida sumarse a la discusión y a votar para Cuernavaca a ayudarnos a resolver el problema del agua o para cualquier otra representación política y cualquier otro problema.