Como parte de su evaluación en la carrera de Estudios y Creación Teatral de la Escuela de Teatro, Danza y Música de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), la joven artista Lucian Cabrales presentó la obra de teatro "Estúpida historia de amor en Winnipeg" de Carlos Talancón en el Teatro Fulgencio Ávila de esta institución.
La obra "Estúpida historia de amor en Winnipeg" es la crónica de eventos que devienen en el quiebre de una relación destinada al fracaso. Bajo la dirección de Lucian Cabrales, se contó con las actuaciones de José Miguel Mondragón, Michael Pascacio y Norma Angélica León.
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"A inicio de semestre el maestro nos indicó elegir un texto dramático y trabajarlo durante todos esos meses para presentarlo al final del curso. Y en el curso anterior, en algún momento mencionamos a Carlos Talancón, y en un principio me interesaba una obra de él llamada 'La cría', y al buscar el texto tuve algunas dificultades; y al ver la otra me llamó la atención el título, la leí, y me gustó mucho considero que es un texto maravilloso, y sin la necesidad de especificar los lugares o espacios es bastante digerible", dijo Lucian Cabrales.
En la obra "Estúpida historia de amor en Winnipeg", por medio de testimonios (en presente) y escenas por cuadros (en pasado) los protagonistas hacen una rememoración del tiempo que compartieron, pero ahora con la perspectiva que les brinda la lejanía en tiempo, lo que permite evidenciar las claras señales y decisiones catastróficas, que si bien aparecieron desde el principio de la relación, en su momento no pudieron dimensionar y aún menos detener, porque a final de cuentas el amor nos hace hacer cosas que en primera instancia solo se pueden definir como estúpidas. Sin embargo, la obra permite develar las razones más allá de la superficial estupidez.
La propuesta de dirección de Lucian cabrales se piensa como una exploración que parte del dispositivo escénico planteado en el texto del propio Carlos Talancón para ser llevado y colocado dentro de una resolución más allá de lo aparente.
"Uno de los requisitos que teníamos que cumplir era no meterle mano al texto, sólo podíamos recortarlo, y yo quise aligerarlo porque es largo, y al momento del montaje tenía que renunciar a ciertas partes para entrar en el tiempo específico que me pidieron. Asimismo, nos solicitaron tener máximo cinco actores en escena, mantener la idea y estructura".
La directora mencionó que estaba muy segura de lo que quería para el perfil de los protagonistas, que conformaron una pareja, creando una bonita figura protagónica que de acuerdo al texto, son personas completamente opuestas.
"Para mí era muy importante darle este juego de los opuestos, y a ese contraste entre uno y otro, y con esas premisas busqué el elenco".
Lucian considera que pese a que fue un gran desafío contó con un elenco muy acertado.
"Tuve la suerte de trabajar con personas que no soltaron el proyecto, y de hecho me costó mucho encontrar a uno de los protagonistas, pero sin duda, fue la persona ideal. Dos de ellos no son actores, pero verlos crecer fue algo increíble".
Anteriormente, Lucian había realizado la dirección de proyectos más pequeños, y esta es la primera vez que dirige un montaje más largo, que sin duda le dejó gratas experiencias.
"Al ser un montaje grande, como directora me tocó involucrarme en muchos aspectos y hace que todo sea más complejo. El gran reto fue aventarme a la incertidumbre, escucha la historia y hacer renuncias propias a lo que me gusta hacer y conforme lo que el texto te va pidiendo, encontrar el truco para que funcione en escena. Toda la historia se basa en conversaciones y monólogos, no te da una idea del espacio y de acciones concretas; y algo que no me podía permitir es poner sólo a tres actores a hablar en escena, sino crear todo el dispositivo, ese fue un desafío importante".
Destaca también que al ver el trabajo en escena el día de la presentación fue algo bueno, sin embargo, no lo disfrutó como espectadora.
"Como creadora escénica, no me siento tranquila todavía, en la presentación, no pude verla como espectadora, estaba viendo cada detalle, cada cosa que sabía que se les dificultaba cómo resolvían, me la pasé sudando frío todo el tiempo. Y me dieron muchas ganas de seguir trabajando el montaje, perfeccionarlo y pulirlo".
En el montaje, Lucian incluyó dos botargas, una de Winnie Pooh y otra de un corazón, lo que resultó muy atractivo para el público, y rieron mucho durante la obra.
Acerca de Lucian Cabrales
Actualmente, cursa el sexto semestre de la licenciatura, y realmente considera que está en el camino correcto, pues disfruta mucho del Teatro.
"Por cuestiones personales perdí algunos años, y yo pensaba que no estaba haciendo nada, que el tiempo se me iba pasando. Quise estudiar música, pero no pasé el examen, tomé clases de teclado en Cuautla con un maestro, y él me platicó de todas las carreras que hizo y que no terminó y me hablaba de su época en el Teatro, y por coincidencia hubo como varias cuestiones al mismo tiempo, que me llamaban del Teatro, porque también escribía, y dije es la última que intento para quitarme esa espina, porque si estaba segura de que quería hacer algo artístico".
Y aunque no estaba tan cercana al teatro, sabía que la carrera le daría muchas herramientas para cualquier cosa que quisiera hacer.
"Exige mucho, pero también te da muchas bondades y he descubierto cosas que no sabía de mí, estoy muy contenta con la carrera".
Lucian espera tener la oportunidad de montar nuevamente esta obra y presentarla en otros foros más adelante, para que más personas puedan disfrutar de su trabajo y esta gran historia.