La epidemia de tifo exantemático ha estado presente en las distintas guerras del mundo, motivo por el cual también se le conoce como “tifo histórico o tifo castrense”.
El territorio de la Nueva España fue desde los tiempos de la conquista, el escenario de diversas y terribles epidemias que diezmaron a la población, principalmente a los grupos indígenas. Ya fuera sarampión, viruela, tifo, tabardillo o matlazahuatl, el aún enigmático término con el que se denominó a una de las epidemias que azotó el territorio y que a la fecha aún se desconoce con exactitud de qué enfermedad se trató y las fiebres altas eran un signo inequívoco para quienes habían sido alcanzados por alguno de estos padecimientos.
En la Batalla del Sitio de Cuautla en 1812, cuando José María Morelos ganó la lucha al romper el cerco donde se encontraba él y sus tropas, así como civiles.
Durante la gesta insurgente también se presentó el tifo exantemático, entonces también llamado “Fiebre misteriosa”, según se describe en los libros de entierros de las parroquias de la Nueva España.Algunos la consignaron como fiebre amarilla, pero hubo médicos que descartaron este diagnóstico porque esta enfermedad era asociada con los climas tropicales, fue considerada como tifo o de cólera.
Independientemente de la exactitud de la determinación del mal, la junta de Sanidad que dependía del Ayuntamiento sostuvo que se trató de fiebres estacionales que continuaron en diciembre de 1821.
Los síntomas que se lograron controlar gracias a la acción de las autoridades civiles y eclesiásticas que con su “bienhechora misión, si no curando siempre, aliviando al menos, y en todo caso, derramando en el alma de los pacientes y epidemiados, los consuelosmisericordia y la esperanza, don el más precioso de todos.
Investigadores han considerado una de las causas que obligó a Morelos a romper el sitio fue la falta de alimentos y el número de enfermos. El enfrentamiento fue “un triunfo para las tropas insurgentes, pero desde el punto de vista epidemiológico esparció el vector, el piojo, por todo el territorio de la Nueva España. Sin embargo, la epidemia abonó al triunfo de la causa independentista porque causó más muertes que todos los enfrentamientos insurgentes.
Hablamos que el consuelo de la esperanza confortaba a los epidemiados, hoy vemos como se hacen largas filas en tiendas que son trasnacionales, para comprar víveres ante la epidemia declarada por el “Coronavirus”, en supermercados, pero también se observan personas de escasos recursos que sin esperanza ven los anaqueles vacios, ya no tuvieron oportunidad de surtirse para la epidemia que ya está presente en México, así mismo vemos a jubilados con su raquítica pensión si es que tienen desesperanzados o compran sus medicamentos o hacen compras de pánico. Los Adultos Mayores, son más propensos a esta epidemia del Coronavirus, además con las enfermedades que padecen como, hipertensión, diabetes, entre otras. Dónde está la esperanza y el consuelo de esté momento, vemos a jóvenes asistiendo a conciertos masivos, no importando las consecuencias.
Siempre es una oportunidad para reflexionar sobre el actual momento histórico, especialmente de “la llamada lucha contra el narco”. En ese cambio de recursos y condiciones cotidianas, con tantas fosas clandestinas, tenemos que estar muy alertas de que no se generen epidemias y recordar que la historia nos da información para darnos cuenta como los seres humanos pudieron enfrentar esas epidemias. Desgraciadamente hoy somos muchos más de los que e 1813 tenía el país.
Los jóvenes con las redes sociales que dominan, deberían hacer un mapeo dónde están los ancianos y apoyarlos, como lo hicieron en el terremoto del 2017con una organización impresionante. Desde luego está epidemia se suma a las de la historia de México.
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