Paula Dapena: ¿un minuto de silencio?

Sororidad

Reicelda Oxilia

  · jueves 3 de diciembre de 2020

Estamos en plena epidemia y si bien hay muchísima gente que está luchando por convertir a este, en un mundo mejor, también es claro que la pandemia ha evidenciando lo más execrable de la humanidad en cuanto a la violencia doméstica y los abominables femenicidios.

Situación que parece no importar al común denominador de la población el mundo, al contrario, como tampoco parecen ser suficientes las furiosas marchas — que con toda razón han hecho las feministas desde hace más de cien años en pro de sus derechos más elementales y de los cuales ningún gobierno se ha ocupado, nunca — para que todas las sociedades se levantaran, enardecidas, solidarizándose, pero solo nos dejan viviendo en una soledad siempre en llamas; y en algunas entrevistas que les han hecho, en diferentes países y en plenas marchas, no sólo no las apoyan, sino se burlan de ellas, las cuestionan y todo por querer cambiar el vulgar mundo en que vivimos.

El 25 de noviembre del 2020, justo cuando se conmemoraba el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, murió uno de los jugadores más reconocidos en su medio, pero también acusado de pedofilia, acoso y maltrato a las mujeres, además de haber dejado varios hijos sin reconocer. ¿La mano de Dios?

Entonces una se pregunta: ¿Y es a esto que sí le llora buena parte de la la humanidad y salen a demostrarlo con toda euforia a las calles, y en plena pandemia? ¿Qué tipo de anestesiada civilización somos que nos hemos alejado de lo verdaderamente humano sin querer ver ni escuchar lo que realmente sucede a nuestro alrededor? Ahora entiendo la frase que un día escuchó una de mis compañeras del taller de literatura: "Mientras se tenga para lo superfluo, aunque se carezca de lo indispensable".

Pero es verdad que en medio de tanta desilusión, siempre hay una bocanada de aire, Así que mi total reconocimiento y solidaridad a la valiente futbolista española Paola Dapena, al haberse negado a guardar un minuto de silencio por el difunto, durante un partido de futbol femenil.

«Dije que yo me negaba a guardar ese minuto de silencio por un violador, pedófilo, putero y maltratador y que si tenía que sentarme en el suelo y dar la espalda, pues lo hacía, Por las víctimas no se guardó un minuto de silencio; entonces, obviamente, no estoy dispuesta a guardar un minuto de silencio por un maltratador y no por las víctimas»

Por otro lado, aquí en México, es inconcebible que el diputado Gerardo Fernández Noroña haya tenido también la incongruencia de haber pedir un minuto de silencio por la muerte del futbolista, y peor aún, le hayan aceptado la moción en la Cámara de Diputados, después de la enorme indiferencia que han recibido las feministas. Así las cosas.

Y otra frase de Machado que también escuché en los labios de mi maestra:

La mayor virtud del ser, es llegar a ser humano.

¡Bravo, Paula!