Por la atención a niñas, niños y adolescentes

Salvador Guerrero Chiprés

  · lunes 22 de marzo de 2021

El confinamiento sanitario trajo grandes cambios en la vida cotidiana, en las formas de desarrollar las actividades personales y familiares, que evidentemente tuvieron impacto y alteraron las emociones, en particular de las personas más vulnerables en nuestro entorno, las niñas, niños y adolescentes (NNA).

A nivel internacional han ocurrido acontecimientos que revelan una urgente necesidad de atención en la salud emocional de este grupo. La semana pasada, en Paris, Francia, un niño de 11 años se quitó la vida luego de ser acusado de realizar bullying a un compañero de clase.

Unos días antes, en la misma ciudad europea, una adolescente de 14 años murió tras ser atacada por dos compañeros de clase.

Ambos son eventos extremos que deben ser dimensionados en su contexto, pero que obligan a reflexionar sobre las preocupaciones y alteraciones de un determinado grupo etario.

En 23 de marzo de 2020 comenzó la Jornada de Sana Distancia, como medida para enfrentar la propagación de la COVID-19. Con ella vino la suspensión de clases presenciales y niñas, niños y adolescentes debieron enfrentar una nueva realidad.

A esa edad, la escuela es mucho más que un conjunto de aulas donde un grupo de profesores imparten enseñanza, es el espacio de socialización, la oportunidad de compartir juegos, de fraternizar.

Durante un año, madres, padres y otros familiares han buscado la forma de ayudarlos a reinterpretar su mundo, aprender a vivir en la nueva realidad, y a comprender que no están solos.

De acuerdo con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México entre el 2020 y marzo de este año 7,564 menores de edad buscaron atención psicológica.

El organismo ofrece este apoyo gratuito, 24/7, a todo el país e incluso el extranjero, en su Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533.

El 98% de los menores están entre los 12 y 17 años y las principales necesidades que enfrentan son problemas o ruptura de pareja, ansiedad, conflictos familiares, depresión y fatiga pandémica.

Aunque es un porcentaje menor el que expresa ideación o intentos suicidas, es importante estar pendientes de sus necesidades, atender a tiempo lo que podría parecer pequeños indicios en el cambio de conductas, estado de ánimo o la forma como se relaciona con la familia.

Este grupo etario es altamente sensible a las alteraciones en sus hábitos.

Con los niños de entre 5 y 11 años, la adaptación parece ser mayor, al menos así lo demuestra la Encuesta de Salud y Nutrición en Niñas y Niños Menores de 12 años durante la pandemia por Covid-19 (ENSARSCoV-2), realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública.

El estudio revela que, según los padres, los menores de edad han mostrado pocos cambios en su comportamiento, en comparación con su conducta anterior a la pandemia.

Es tiempo de ver por los más vulnerables, de acompañarlos en sus necesidades. Además del apoyo de organismos como el Consejo Ciudadano, en el gobierno de Morelos, encabezado por Cuauhtémoc Blanco, cuenta con un programa de Salud Mental de Servicios de Salud de Morelos, dirigido por Héctor Barón.


@guerrerochipres

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