Quédate en casa

Sorodidad

Reicelda Oxilia

  · jueves 2 de abril de 2020

La insólita Primavera

del amor siempre divino

hoy observa indiferente

el castigo que purgamos;

afanosa e indolente

pinta todas las praderas,

sin importarle la entrega

del sentimiento anhelado

que nos llegue al corazón.


NuestraTierra prodigiosa

femenina, cual ninguna,

tan azul y tan hermosa

desde siempre degradada

se sacude de repente

todo el daño infligido

en sus aguas cristalinas

y en sus vergeles garridos.


Se ha ocultado el horizonte

sancionando la imprudencia

de nuestro andar peregrino;

no quiere mostrar certezas

que nos devuelvan sosiego

porque aún no comprendemos

el sentido de esta historia

pues da lo mismo una vida

que purgatorios sombríos.


Y los muchos que amedrentan

en tan sórdida crueldad

nos hacen cargar a cuestas

el mundo oscuro en proclama,

con tantas mujeres muertas

y la enorme impunidad.


¡Oh, Naturaleza sabia!

que nos pones a tus pies

con pueril fragilidad

por la ausencia de virtudes

al ignorar la prosapia

de nuestro sagrado hogar.


Si acaso lo merecemos,

¿tendremos otra ocasión

de encontrar nuevas certezas

buscando en el horizonte

el anhelado mañana

que nos deje renacer

recomponiendo el camino

de nuestra osada altivez?


Vivimos tiempos obscuros.

La gentileza de un beso

o un abrazo concedido

se han convertido en veneno

por un contagio ladino.


El repleto vacío de las calles

de silencio estrepitoso

se pregunta dónde estamos

dónde nos habremos ido;

no sabe por qué hoy lloramos

escondidos tras los muros

con ojos de desconsuelo

la sonrisa enmascarada

y el corazón en vilo.


"Quédate en casa"


TEMAS