“Se piensa que una buena foto tiene que ser técnicamente correcta, pero más que eso, lo importante es aquello que sientes cuando la haces”, dice el fotógrafo Ricardo Modi, quien cuenta con más de 15 años de trayectoria y ha logrado exponer su obra en varios museos de Cuernavaca, además de ciudades como Guadalajara, Ciudad de México, Aguascalientes, Monterrey, Los Cabos, Hermosillo, Puebla y Oaxaca. Y en el extranjero, en Colombia, Chile y Polonia.
Su afición por la fotografía inició desde muy pequeño y en cada imagen logra reflejar un sello propio y muy peculiar, sobre todo en la fotografía de retrato, donde plasma temas de crítica política y social de una manera no explicita, asimismo, se caracteriza por trabajar con personas que no son modelos profesionales.
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En la búsqueda de contar historias
Ricardo recuerda que desde pequeño supo que su principal inquietud era contar historias, algo diferente cada día. Intentó la escritura, sin embargo, reconoce que no era un proceso que disfrutara.
“En algún momento, tomé una cámara antigua que mi mamá tenía, y me acuerdo que en la esquina se ponían a patinar unos chavos más grandes que yo y me llamaba la atención cómo se vestían y patinaban, y la forma de acercarme a ellos fue con mi cámara sin saberla usar realmente”.
Con la idea de que esos jóvenes lo incluyeran en su círculo, les siguió tomando fotos, aún sin experiencia, sin embargo, al revelarlas por primera vez, se dio cuenta que había encontrado eso que había buscado por mucho tiempo, contar historias sin escribir una sola palabra.
“Se me hizo muy interesante y sentí por primera vez un gran alivio, porque ese era el medio que estaba buscando y empecé a explotarlo. Primero de una forma muy autodidacta, tomaba fotos de todo, que me salían sobrexpuestas y desenfocadas, pero estaba practicando”.
Un trabajo de prueba y error
A los 15 años ingresó al Centro Morelense de las Artes (CMA) para cursar el diplomado en fotografía, y pese a que tuvo buenos maestros, se generó en él un conflicto porque lo que le enseñaban principalmente fotografía documental, en blanco y negro, con lo que no se sentía identificado.
“Después conocí a autores de otros estados y vi que su trabajo empezó a tener más sentido para mí, que era algo más construido, como más de puestas en escena y que usaban el color. Ingresé a la carrera de Artes en la UAEM, era un poco lo mismo, con fotodocumental. Encontré una escuela llamada CAAV en Guadalajara, donde los alumnos hacían foto que conectaba más con lo que yo quería hacer. Me fui para allá y cuando regresé sentí un cambio muy importante en mi trabajo”.
Ricardo tenía muchas ideas y no sabía cómo llevarlas a la práctica, y comenzó a trabajar con prueba y error.
Regresé a la UAEM y después, ya más que foto hacía proyectos, y el primero se llamó 'Interludio’, donde puse a las modelos como a levitar. Y a partir de ahí, no paré, seguí con las exposiciones, becas y proyectos.
Su trabajo no requiere de grandes producciones ni materiales costosos, tampoco de modelos profesionales.
“Trabajo con telas normales de 50 pesos, también en una ocasión ocupé un perchero como tripié. Al principio porque no tenía los medios, pero hasta la fecha es algo que disfruto hacer, porque considero que la creatividad sale más”.
Respecto a su proceso creativo, Ricardo dijo que comienza en un estado de no pensamiento, que es cuando tu mente no está pensando en nada.
“Es un estado bien complicado de llegar, en mi caso viene cuando viajo en autobús, sin prisa y mi mente está tranquila. Y también, muchos trabajos se hacen a partir de las personas; siempre he pensado que todas las personas son fotografiables, pero no todas quedan en cualquier proyecto. Yo empiezo a planear todo, desde el tamaño y el papel que voy a utilizar, antes de planear la imagen”.
Generalmente, Ricardo trabaja con amigos y conocidos que no son modelos profesionales, con la idea de que las fotos sean más naturales y honestas.
“Cuando tomas fotos a alguien que no está acostumbrado a posar a la cámara es algo más sincero. Empecé haciendo eso porque no tenía los medios para pagar a modelos y porque no conocía tanta gente, y me di cuenta que ese tipo de dinámicas me funcionaban mucho, porque de repente he tenido colaboraciones con revistas de moda, y la dinámica no me gusta, porque como fotógrafo sólo te paras ahí y le picas a la cámara. Prefiero los trabajos más honestos, además, yo veo las fotos como autorretratos, aunque no soy yo, uso a las personas como un espejo”.
Imprime en su obra temas políticos y sociales
Los temas que generalmente aborda en sus fotografías son políticos y sociales, hablando de temas que involucran a la sociedad.
Los abordo sin mostrarlos de una forma explícita, sino con mucha metáfora, humor e ironía, incluso a través de los colores que uso. También recalco las texturas de la piel, para que se vean reales, me gusta mucho enfatizar los poros y venas sin difuminar.
Menciona que entre los comentarios que le han dado sobre sus obras, es que, al verlas en alguna exposición, llegan a generar ansiedad y ciertos sentimientos.
Su proyecto más reciente es la exposición “Las pieles de Venus” en el espacio Phortal, un observatorio de arte y cocina de autor en San José del Cabo, Baja California. En esta muestra se ofreció una experiencia sensorial 360º combinando el arte con la gastronomía.
Hasta ahora esta serie fotográfica es la más personal que ha realizado, por las temáticas que aborda y su punto de partida, que comenzó como una terapia de sanación.
“La trabajé a partir de la pandemia, durante el aislamiento, llevaba ya un tiempo sin crear, y yo que soy fotógrafo de retrato, ocupaba otra persona para poder crear, pero aislado empecé a ver la forma de hacerlo de una manera diferente”.
Este proyecto surge a partir del fallecimiento de una de sus mejores amigas, que fue víctima de feminicidio. Recuerda que la soñaba mucho, y en una de esas ocasiones, despertó, se fue a la computadora, buscó el archivo que tenía de ella y a partir de sus fotos empezó a sentir que le faltaba algo, y comenzó a trabajarlas a partir de cuadros de 'El Nacimiento de Venus', de Botticelli.
¿Qué sigue para Ricardo?
Entre sus próximos planes está continuar rotando su reciente exposición por Baja California. Actualmente, participa en la exposición colectiva “Reclamo de utopía” en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan (MMAC) Soriano, que se inauguró el 30 de agosto.
Además de que prepara un nuevo proyecto, que será un reto para su trabajo.
“Es montar un ligero estudio en el exterior con tomas amplias de la naturaleza, serán fotos más técnicas y es un desafío con la idea de no caer en lo mismo de siempre, porque no me gusta lo repetitivo”.
A través de su fotografía, Ricardo Modi continúa contando historias diversas con protagonistas reales, con el objetivo de generar un sentimiento o reflexión en el espectador.