Después de 28 años, el artista Robert Sven Jechlitschka presenta nuevamente una exposición individual de fotografía, se trata de la muestra “Quercus mater”, ubicada en la Galería 13 en el Pasaje Comercial Florencia en el Centro de Cuernavaca.
Esta exposición, es muy significativa para el artista ya que además de presentar su trabajo fotográfico de 1995, retoma la fotografía con su antigua cámara, la cual trajo desde su último viaje a su natal Alemania. Y recorre en cada imagen y herramienta, la nostalgia de aquella época donde el revelado fotográfico lo hacía con químicos y en el cuarto oscuro.
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El nombre de “Quercus mater” hace referencia a Roble Madre, y justamente la exposición gira en torno a un roble ubicado en el pueblito de Rögnitz, situado en Mecklemburgo-Pomerania Occidental (Alemania). Este roble está situado en la parte trasera de la casa que habitaban sus abuelos después de ser deportados desde Bohemia, un árbol que se convirtió en algo muy especial para Robert.
“En esa casa en la cual nació mi padre, se encuentra un viejo roble común solitario, que sin duda alguna es el árbol más presente e importante en mi vida - el árbol que más veces retraté en fotografía y que con el paso de los años se ha convertido en el símbolo de mis raíces y el origen de mi interés por la magia de luz”, expresa Robert Sven Jechlitschka.
Sobre la exposición...
La exposición “Quercus mater” está integrada por una serie de fotos de los negativos de aquel segundo rollo que Robert reveló en su vida, emulsiones de grenetina con sales fotosensibles que expuso al mundo por primera vez en diciembre 1995 y enero 1996 en Alemania.
“Definitivamente, esta exposición tiene significado para mí: es mi regreso a los orígenes, a los orígenes de mis antepasados, a los orígenes de mi nacimiento, mi conexión con la y mi naturaleza, mi fascinación por el arte de la luz, una retrospectiva, pero también un nuevo comienzo, la reconexión con mis raíces, pero también mi reinvención, la interconexión con todo lo que he aprendido, lo que hoy soy, sé, respiro y sueño”.
Estas seis fotografías en formato medio y grande, impresas sobre tela, muestran aquel roble y su paisaje en blanco y negro, desde distintas perspectivas y tomas, incluso al verlas detalladamente, el artista explica que pueden verse algunos errores del revelado que hizo en aquel momento cuando iniciaba, pero que definitivamente son parte de la misma obra, por eso quiso mostrarlas tal y como están.
“En mi obra fotográfica artística, me fascinan las escenas estáticas donde no se puede ver en qué momento suceden, qué tiempo o temporada es. Me gusta mostrar que la naturaleza duerme. Este es un roble en invierno, que no tiene hojas, pero está vivo, el árbol no se ve muerto, todo es estático como una pintura, es algo etéreo. En la foto muchas veces esa sensación, se ve como algo muy oscuro es una mezcla de lo romántico y lo tétrico. Mi obra fotográfica es muy oscura, pero para mí hay una luz en eso. Además, es la primera vez que uso la impresión digital de pigmento sobre material de algodón y me gustó mucho el resultado de presentar estas fotos generadas de forma análoga y traerlas al día de hoy, y llegar a lo más sofisticado que tenemos en las posibilidades de la fotografía”.
Una cámara de 1938
Las fotos que Robert presenta, fueron tomadas en 1995 con una cámara de fuelle Balda Juwella del año 1938, la cual fue adquirida por su abuelo Ernst Jechlitschka en los años sesenta, y que lo ha acompañado desde que su padre se la dio en los años noventa y que hasta la fecha sigue funcionando.
“Fue la primera cámara para rollo 120 que tuve y con la cual aprendí mucho. Decidí incluir una foto del formato 6x6 que tomé un mes después, en enero 1996, con una Kiev 88. El 30 de julio de 2023, quince años después de haber ido por última vez, volví a visitar el roble en Rögnitz, y nuevamente tomé fotos con la misma cámara de mi abuelo, el mismo Weimarlux, en un rollo Agfa APX 100 profesional en el mismo lugar, el mismo árbol más de 25 años adelante, y esta se incluye en el catálogo de la exposición”.
Después de su primera exposición en los años noventa, Robert no volvió a presentar una exposición de foto, en primer lugar, porque quedó decepcionado de la academizarían e institucionalización del arte en general. Pero también porque se empezó a sofocar con la fotografía misma, principalmente por ver la degradación y devaluación del arte fotográfico con el auge de las posibilidades digitales, y la sobresaturación de imágenes que nos arrolló a finales de los años noventa.
“Esta exposición tiene muchos significados, especialmente fue el recuerdo con este árbol que me motivó a retomar mi arte fotográfico y sentí la necesidad de volver a hacerlo. Retomo la fotografía, regreso a lo análogo, me siento más maduro para manejarlo y mi intención es que sea la primera de muchas más”.
La exposición “Quercus Mater” de Robert Sven Jechlitschka, permanecerá en la Galería 13 hasta el 4 de febrero, para visitas se requiere una cita previa con el objetivo de que el artista pueda brindar un recorrido guiado. La cita se realiza al teléfono 7777035957.