Stjepan Hauser. El gran concierto

Sororidad

Reicelda Oxilia

  · jueves 30 de abril de 2020

Mientras las acalladas feministas encuentran nuevas formas de expresarse en contra de un sistema que no les garantiza la vida y cientos de niños desaparecen alrededor del mundo.

Mientras la pandemia del coronavirus hace temblar a la economía mundial y los países más vulnerables lo sufren de manera particular.

Mientras niñas, niños y mujeres tienen que soportar la violencia física y sexual de sus parejas y progenitores en este encierro amenazante, además del incremento del trabajo en el hogar y cuidados familiares.

Mientras los ingresos económicos no son suficientes para gran parte de las familias.

Mientras vivimos bajo circunstancias de confinamiento con la incertidumbre de una posible maldad intencionada que sensibiliza todo lo que pueda existir bajo la piel con lagrimas atoradas detrás de las cortinas por un horizonte incierto que dejarán los estragos de la intemperie.

Mientras la racionalidad occidental está en crisis y los viejos relatos retornan con toda su fuerza queriendo responder, para todos, las preguntas desde su propia verdad.

Mientras mucha gente ha muerto por esta terrible peste sin poder despedirse de los suyos a quienes dejaron en la más desgarrado desolación.

Con todo esto, el ver un video en donde aparece un cielo azul espléndido y unas gaviotas que sobrevuelan en una libertad que bien presumiría Juan Salvador Gaviota mientras el chelista Stjepan Hauser toca su concierto "Alone-Together" que se llevó a cabo este 27 de abril del 2020 en el Anfiteatro Romano de Pula en su natal Croacia como tributo a todos los trabajadores de primera línea del mundo entero y también como homenaje a todo lo bueno de la humanidad, no se pudo evitar el destape de un clamor genuino y desesperado de muchas y muchos a quienes les han tronchado la brújula de sus destinos mientras sus derramadas lágrimas se deslizaban por todos sus rincones dejándolas y dejándolos casi sin aliento por la emoción.

Este concierto que ha tocado el corazón de millones de personas alrededor del mundo, seguramente será uno de los más memorables, no solo por la magistralidad del intérprete y el vibrante coro que lo acompaña además de las estoicas estructuras testigas desde hace dos mil años de las muchas e incomprensibles andanzas humanas, sino por la intencionalidad misma de este concierto en este tortuoso momento en el que nos encontramos y del cual esperamos librarnos muy pronto de una manera totalmente diferente que atienda más a la naturaleza y en general, al bienestar social.

Esta música de ángeles me ha hecho recordar algo que escribí hace más de dos dos años a propósito de un Violonchelo y ahora lo comparto: El gran concierto.

Sostenido en su puntal, erguido y lustroso alista el violonchelo sus finas cuerdas que apuntan al norte, como su italianísimo nombre: Violón del Cielo.

En el anfiteatro, las notas musicales engalanadas con distintos tonos y semitonos, esperan la señal para que comiencen la función. Unas notas se asoman curiosas por los efes del instrumento, mientras otras, se sientan muy formales en su puente observando a los espectadores que llegan poco a poco. Las que han llegado tarde, se adhieren al diapasón y se deslizan rápidamente por el cuello para reunirse con sus compañeras.

Con toda solemnidad, Clave de Sol termina de rizar su larga espiral y toma su lugar en el pentagrama mientras Clave de Do y Clave de Fa esperan su turno pacientemente.

En este concierto, Do Mayor tendrá la enorme tarea de vibrar como el gran Mantra Universal en el corazón de la concurrencia.

Sí Sostenido invitará a cerrar los ojos; inhalar... exhalar... penetrando en la mente durante este viaje musical mientras, La Menor, viaja por la memoria desapareciendo lentamente el duelo que exista en los recuerdos.

A cada fricción del arco en las cuerdas, Re Mayor saltará del pentagrama surcando por los pasajes donde hubo lágrimas derramadas. Fa Menor, a su vez, encapsulará prolijamente estas lágrimas convirtiéndolas en fina lluvia que se será esparcida en los bosques, montañas, llanos y praderas; unas nuevas hojas florecerán y le darán nuevo sentido a la vida y a los ojos enrojecidos que tengan el alma desnuda.

Re Mayor saltará a cada presión de los dedos.

Sol Sostenido, en un acto de gran sensibilidad Solar, extenderá su magnánima luz por el horizonte, alejando las nubes grises en forma de dragones con enormes lenguas de fuego que amenacen al mundo con guerras y violencia, mientras todas las notas tocan felizmente articuladas este imprescindible concierto por la Paz.

Gracias Beatriz y Norma por la magnífica sugerencia. Gracias Miriam Klein por compartir tu pintura una tarde de primavera entre tus lavandas y un refrescante vino blanco a las orillas del Rhin.

Este es el link del concierto. https://www.youtube.com/watch?v=5eYuUAV4YE4&feature=youtu.be

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