El Centro Cultural Teopanzolco fue sede de la quinta edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea de la Ciudad de México (FIDCDMX), en la que el público morelense disfrutó de una agradable velada con la presentación Gala internacional de solistas con trayectoria, con talentos procedentes de diversos países.
La gala inició con la participación de la compañía chilena Árbol Danza con la pieza “Árbol” del coreógrafo e intérprete Álvaro Pizarro. Esta obra, que combina la danza contemporánea, butoh y artes marciales, es un viaje a través del cuerpo y su silencio, un trabajo político y poético que cuestiona cómo nos comportamos con la naturaleza. Realizando las raíces del cuerpo como principio de la vida, pone en jaque la destrucción de la naturaleza como principal conflicto para la humanidad.
Posteriormente, siguió el Colectivo Langosta, invitados especiales que brindaron a pieza “Una simple variable” haciendo referencia a que el caos frecuentemente crea la vida cuando el orden crea lo habitual.
Continuando con la gana, siguió Félix Oropeza de Venezuela, presentando la coreografía “La canción de la verdad sencilla”, la cual se contiene bajo la premisa del caminante en situación de refugio frente a la adversidad en un espacio desconocido.
Desde España, llegó al escenario, Jesús Pastor con la presentación de “Vagaboom power” retrata un día cualquiera en la vida de un vagabundo, sus sueños, su día a día y sus esperanzas, que no es sólo la conclusión del movimiento e investigación del cuerpo del maestro, sino también una investigación antropológica y sociológica viviendo en las calles con los vagabundos y conociendo su día a día.
Llegó el turno de México con la presentación de Luis Vallejo “Termy”, ganador del primer concurso internacional de Solistas con trayectoria; quien deleitó a los presentes con “Aleatorio 78”, pieza que interviene el espacio creando una sinergia con el tiempo, en donde la música y la iluminación marcan el ritmo.
Continuando con el talento mexicano, siguió Rosario Armenta con “Zapatitos rojos” que surge de la investigación “Encuentros y desencuentros en el andar del movimiento”, haciendo referencia a esos zapatitos rojos que dirigen su camino y se encuentran con sus amigas silentes las piedras, que le abren camino a sus pies.
Posteriormente, siguió Tomo Sone desde Japón con la pieza “Pholyphony” en la que habla del artista y su conexión con el público en el escenario. Y Xiomara Valdez de México, presentando “Habitable”, manifestación de lo que está vivo, desde su fragilidad, su fuerza, lo feroz, sublime y siempre cambiante. Lo bello de lo imperfecto, la naturaleza y el descontrol.
Hugo Juárez, director del CCT y Rodrigo González, bailarín, coreógrafo y co fundador del FIDCDMX, arribaron al escenario para agradecer al público por su presencia.
Estamos muy emocionados de volver a los escenarios y tener un público presente, durante el festival esta ha sido la única función con público y para nosotros ha sido muy importante, ya necesitábamos esa luz de esperanza y de volvernos a encontrar con ustedes. Para nosotros la vida se llama escenario, se llama danza y sin la presencia del público no tiene sentido, no hay lente que pueda sustituir al ojo humano, expresó Rodrigo González.
Finalmente, la gala cerró con la participación de la bailarina mexicana Olga Rodríguez, presentando las piezas “Estudio de un encierro No.1” e “Incertidumbre”.