Durante la celebración del día internacional de la luz en Morelos, se realizaron diversas actividades como charlas, mesas de reflexión la inauguración de una muestra artística.
La primera charla se efectuó en el Museo Robert Brady donde las ponentes levantaron la voz con el panel denominado Mujeres, investigación y luz, donde las participantes expresaron una toma de posición con respecto al papel que juegan las mujeres y a la urgencia de que se reconozca su labor. La investigadora Alicia Juárez Roldán habló de la profunda relación que tienen las mujeres con respecto a la energía, una activa participación que las convierte en las mayores usuarias de energía; sin embargo, su poder de decisión en ese territorio es mínimo. ¿Qué hacer ante este panorama? Planteó Alicia Juárez y su respuesta fue clara: educar con igualdad.
Por su parte, Margarita Tecpayotl, licenciada en matemáticas y electrónica por la Universidad de Puebla, habló de sus orígenes indígenas y la importancia de haber crecido en una familia que, precisamente, practicó la educación desde el territorio de la igualdad. Margarita Tecpayotl ofreció un panorama de sus distintas investigaciones, por medio del cual privilegia el mensaje de lo importante que es no claudicar aunque existan muchas barreras por romper.
Finalmente, Alma Karla Sandoval habló de las Mujeres al claro de la sombra. La luz como símbolo. El tono de su presentación estuvo habitado por la poesía; la mujer y el fuego; la mujer y la noche; la sabiduría popular que cifra y descifra a la mujer como dadora de luz.
En el segundo panel el tema fue La energía en el siglo XXI. El primer participante, Carlos Tejada, representante de la UNESCO en México, habló de los objetivos de desarrollo sustentable (ODS) diseñados por todos los países de la ONU.
Se refirió a lo vital que resulta no seguir dilapidando en el presente los recursos naturales del futuro, para lo cual es necesario caminar acompañándonos y buscar la recuperación la medida humana.
Por su parte, Camilo Arancibia Bulnes, del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, planteó un panorama clave: “Podemos o no dudar de los efectos nocivos del cambio climático, pero ante la duda ¿qué hacer? Si aún en invierno se está derritiendo el hielo de los polos, ¿qué retos entraña esa realidad?
Cerró este panel Rodolfo García Colón, secretario académico del Instituto Nacional de Energías Limpias. En un tono irónico inició su presentación invocando a seres mitológicos para que vengan en nuestra ayuda: “La solución tendría que venir a través de una gema poderosa que resuelva nuestros problemas”. Pero más allá de esta ironía se preguntó por lo que hemos hecho, por lo que debemos hacer y lo que el futuro nos convoca a hacer. En ese sentido, enumeró diversas acciones desde el territorio más sofisticado de la tecnología, buscando remedios a partir de la energía limpia, pero también hizo una propuesta individual: que cada uno sembrara algo verde que ayude a no dejar que se muera nuestro planeta.
La luz ante el patrimonio cultural fue el panel que cerró esta jornada, y fue la doctora María Celia Fontana Calvo, licenciada en historia del arte, quien aprovechó el Museo Brady para explorar la importancia de la luz en construcciones destinadas a resguardar el patrimonio cultural. El museo Brady y sus maravillas, productos de un espíritu que, como lo prefigura el filósofo alemán Walter Benjamin, convoca al caos de la memoria y al orden de una colección de arte para iluminar a los espectadores. Por su parte, el arquitecto Enrique Quintero López planteó la disyuntiva entre la iluminación y el uso del color. La luz como una manifestación que muta como cambian las estaciones. Adrián Moncada, diseñador industrial, presentó una serie de intervenciones lumínicas y se refirió a la luz como un pincel, cuando se trata de iluminar distintas superficies, buscando armonía con la naturaleza.
En el Cine Morelos se presentaron la exposición Light art, piezas creadas durante un laboratorio de experimentación que convocó a investigadores y artistas. En el texto de presentación, Zaira Espíritu, subdirectora de la organización del día internacional de la luz en Morelos, explicó que: “Cada una de las piezas es el buen resultado de un proceso en el que fue necesario investigar desde la creación o investigar creando, por lo que fue necesario cruzar lenguajes, imaginar desde otras razonamientos, lógicas, jugar, colaborar, dejarse guiar por la intuición, perder el miedo, disfrutar, pasar límites y ejercer una libertad creativa”, afirmó.