Cada 17 de octubre en el pueblo de Ocotepec se celebra a “San Lucas”, tradición que consiste en poner ofrendas a los difuntos que murieron de manera trágica durante el año. Es una tradición parecida a la del 1 de noviembre; se simula el cuerpo del fallecido con pan y fruta encima de una mesa cubierta con un mantel blanco, para finalmente colocar la ropa que el difunto solía vestir.
Este día familiares del difunto Román Rivera, quien en vida fue mecánico, le dieron la bienvenida espiritual en donde fue su hogar.
Cabe señalar que en la ofrenda se coloca lo que le gustó al difunto, como bebidas, dulces, guisos, accesorios y hasta juguetes, esto dependiendo de la edad en que falleció. Y sin pasar desapercibidos, se coloca un camino desde la ofrenda hasta la entrada de la casa con flor de cempasúchil, pues cuentan los pobladores que el difunto se guía a través del aroma de esa flor para llegar a su morada. Además, la ofrenda va acompañada de un arco pequeño con el nombre del finado.
Ésta debe estar lista a las 13:00 horas, pues se tiene la creencia que los difuntos regresaron para convivir con sus familiares. Alrededor de las 10:00 horas comienzan con la colocación, donde participan los familiares más allegados y cada uno aporta un elemento.
Actualmente, durante la tarde-noche hay música de banda o norteño, esto depende del gusto del difunto. La familia ofrece a los visitantes tamales, café y pan a cambio de una cera, veladora o maceta de cempasúchil.
Sin embargo, en esta ocasión debido a la pandemia de Covid-19, las ofrendas han sido colocadas de manera íntima, pues autoridades de Ocotepec informaron que para evitar aglomeraciones y contagios de coronavirus, se cancelaban las visitas a las ofrendas a los turistas.
Posteriormente el 18 octubre a las 10 de la mañana en la capilla de la Candelaria se lleva a cabo una misa en honor a los difuntos.
El origen de “San Lucas”
El origen de la tradición de San Lucas en el poblado de Ocotepec, surgió a partir del año 1914, ya que en ese tiempo el gobierno fusiló a mucha gente del barrio Xalxogotepeazola (Capilla de la Santa Cruz), así lo cita el libro “Tradiciones y memorias de Ocotepec” del finado Domingo Díaz.