El volibol de playa es una de las disciplinas deportivas más jóvenes en el panorama olímpico. La primera vez que se consideró de forma oficial fue en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, sin embargo, es un deporte que tuvo sus inicios desde varias décadas anteriores, regulado por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB).
Historia
Como en otros deportes, existe la polémica por saber los orígenes del volibol playero, aunque se coincide que fue en el continente americano el surgimiento de esta espectacular disciplina.
Los primeros antecedentes se tienen en Uruguay en 1914 y Hawái, Estados Unidos, en 1915, sin embargo, fue en el año de 1941 cuando se organizó el Primer Campeonato sobre Arena, en Brasil, por lo que fueron algunas playas del país amazónico donde se tiene la referencia de las primeras canchas de volibol playero.
Voli de sala vs Voli playero
Aunque el voli de playa es un derivado del tradicional voli de sala, existen diferencias muy marcadas técnicas y físicas, incuso de reglamento.
De inicio, de acuerdo con entrenadores expertos, primeramente la cancha de voli playero para competencias oficiales es dos metros más chica de largo, (16 metros), por uno menos de ancho, (8 metros), y debe contar con una zona libre de cualquier obstáculo, por lo que la superficie de juego no debe presentar ningún peligro de lesión para los jugadores.
El terreno debe estar compuesto de arena nivelada, lo mas plana y uniforme posible, libre de rocas, conchas y cualquier elemento que presente riesgo de corte o lesiones para los jugadores. Mientras en sala, los equipos son de seis jugadores, en playa se juega con dos, lo que obliga a tener mayor movilidad y ubicación de la pareja.
La pelota es de similar tamaño a la del voleibol, pero la presión interna es menor, por lo que es más ligera y debe estar hecha de un material flexible como puede ser cuero, cuero sintético o un material similar que no absorba humedad, puesto que algunos encuentros pueden jugarse bajo la lluvia.
Y esa es otra diferencia, ya que el voli playero se juega al aire libre, donde los jugadores se enfrentan además a la rudeza de las condiciones climáticas como son sol, aire, calor, frío o lluvia.
La playa en Morelos
El esparcimiento del volibol de playa se ha dado en países que incluso no cuentan con mar y playa, o comunidades lejanas a las costas, donde se han adaptado espacios artificiales, como el caso de Morelos, donde este deporte ha empezado a cobrar gran auge.
En nuestra entidad no son más de 10 las canchas para su correcta práctica, una de ellas está en la UAEM, en Cuernavaca, y la otra en la ESEF de Cuautla. En esta última existe la única instalación con gradas para que más de 250 personas puedan disfrutar cómodamente sentadas de este espectáculo a más de 200 kilómetros de las playas guerrerenses, las más cercanas a nuestro territorio.
Un deporte de mayo exigencia
Desde el pasado lunes 8 de julio, se puso en marcha el primer campamento de Voleibol de Alto Rendimiento en el Club Daneses de la ESEF Cuautla. El director general y experto en voleibol, Jesús Alberto Martínez Barrón Nato, expuso las principales diferencias técnicas entre un jugador de sala y uno de playa.
Al ser la sala 2 contra 2, exige a los jugadores a tener mayor movilidad, una mayor destreza y habilidad. Incluso con el hecho de brincar en la arena, ésta al ser más pesada, te jala; el atleta debe adaptarse a eso, porque muchos jugadores de sala al principio no se mueven para nada en la arena. Quienes ya lo han practicado, les ha dado un desplazamiento más rápido en sala, les ayuda mucho para mejorar en movilidad y destreza.
Y agregó: "en la técnica el jugador no tiene permitido, por ejemplo, volear de lado, se considera falta, deben jugar siempre de frente y eso lo hace un juego de ataque muy espectacular al recibir o bloquear, y tener además un solo jugador atrás para recibir en toda la cancha; el jugador en playa debe adivinar el pensamiento, la mano y ver la biomecánica del contrario en centésimas de segundo, porque la velocidad de la pelota es hasta ocho veces más rápida que la del ser humano. Esto lo hace un juego de habilidad mental, de ubicación, desplazamiento, y de confianza para responder a un pelotazo, pues no sólo es nada más pasarla, sino es controlar y poder dar el pase al compañero para hacer el contraataque; es algo realmente espectacular", acotó.