El cuautlense Jorge Ornelas Lizardi tuvo una entrada triunfal a la ciudad de Atenas, capital de Grecia, para llegar este jueves a la meta que se trazó dentro de la Ruta Eurovelo 8 de ciclismo.
"¡Es un milagro porque está en juego la vida!", exclamó el mexicano a su arribo a la mitológica ciudad griega.
En la travesía que inició prácticamente a su llegada el 4 de mayo a Barcelona, cruzó por ocho países de Europa y más de 20 ciudades ubicadas por toda la franja del mar Mediterráneo en un lapso de dos meses y 17 días, llegando casi una semana antes de lo que tenía planeado.
Impactado por la belleza del país griego, cargado de grandes construcciones de la arquitectura griega y romana, el autonombrado andariego narró a los periódicos de OEM su felicidad desde aquella parte del viejo continente.
“Ya estoy en Atenas, en los últimos días sin querer estuve avanzando más rápido porque hacía mucho calor con temperaturas que rondaban los 40 grados centígrados y eso me obligaba a levantarme muy temprano y avanzar sin brincarme nada porque pasé por todos los lugares planeados conociendo toda la costa”.
En esa travesía donde conoció todo tipo de culturas y territorios, algunos muy distintos a su lugar de origen, el cicloturista se llenó de un cúmulo de experiencias que le fue imposible externar en la entrevista.
“Hay muchísimas cosas, fotografías que no he podido ni subirlas (a la red social) porque es un montón y lo mismo me pasa con las experiencias, ahorita todo lo tengo agolpado en mi mente, pero con la gran satisfacción, felicidad, alegría y el agradecimiento de estar aquí”.
Durante el inicio de la entrevista telefónica, el psicólogo Ornelas Lizardi recordó en esos momentos su inicio en la Ruta Chichimeca en México, de la cual aprendió mucho para enfrentar esta nueva experiencia por el continente europeo, aquella ocasión en plena pandemia en 2020, donde recorrió un kilometraje similar desde Tijuana a Chetumal en Quintana Roo.
“Llegar y terminar un viaje de estos la verdad es casi un milagro porque está en juego la vida, y el llegar sano y salvo es un auténtico milagro, y me siento muy agradecido por eso; sin embargo, antes de la partida y durante el recorrido, uno hace a un lado todo eso porque si no, te llenas de miedo y le metes preocupación a las personas, y eso te puede provocar un accidente, pero la verdad es que sí es un emprendimiento que se hace de vida o muerte”.
El pedalista, completada la ruta, había planeado para el regreso irse de Atenas a Barcelona en avión para emprender su regreso a México el 2 de agosto; sin embargo, maravillado por la ciudad griega, aseguró “todavía no sé, aquí hay muchas opciones para hacer cosas, hoy descansaré y ya mañana que tenga mejor procesadas mis ideas, estaré decidiendo lo que hago”, comentó.
Al hacer una reflexión por todas las emociones vividas en los más de 75 días de camino a bordo de su bicicleta, el mexicano expresó:
“Esta experiencia me ha enseñado a valorar lo que tenemos en México, aquí en los hostales hay gente de todo el mundo, platiqué con una japonesa, con dos chavos norteamericanos y me doy cuenta de que en México tenemos cosas muy buenas, un pueblo con gente muy amorosa y servicial, a veces allá no nos damos cuenta, pero ahora valoro todo eso”.
Con la emoción a flor de piel que le hizo un nudo en la garganta al sentirse lejos de su patria por tanto tiempo por vez primera en sus más de cinco décadas de vida, por último expresó: “Cuando llegue a México voy a besar el suelo… voy a besar el piso, lo digo de verdad porque a pesar de todos los problemas, tenemos un gran país, lo digo por nuestra gente y muchas cosas más; en ocasiones es necesario ver y experimentar otras cosas para valorar lo que tenemos”, puntualizó.
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