El exfutbolista profesional y defensa central Tomás Jair Salazar Rivera, quien militó en la Sub 15 del Pachuca y que buscó un lugar en los equipos de Tercera División como Alacranes de Puente de Ixtla, en sus tiempos las Serpientes de Chiconcuac, Toros de Tehuixtla y Ballenas Galeana; dejó el futbol para estudiar enfermería.

En la Segunda División, alineó con Ballenas Galeana dirigidas por Felipe Ocampo considerado por el exfutbolista, un buen entrenador.

Jair comparte que en una época de crisis económica, su papá Tomás Guillermo Salazar Palacios mejor conocido como el “Negro” o “El Buki”; se puso a arbitrar en el colegio de Miki Gutiérrez para conseguir un extra económico que llevara a casa. Comenta que al acompañar a su padre al arbitraje; en una de las reuniones, se le acercó Miguel Gutiérrez y le sugiere arbitrar.

A los 14 años, Tomás Jair comenzó en el arbitraje en un partido infantil; trabajo que alternaba con jugar futbol; desde joven se dedicó a a arbitrear porque fue algo en lo que él, sí vio futuro en lo profesional.

El silbante exprofesional Joaquín Catalán, a través de Miguel Gutiérrez logra que se incluya a Jair en mejores ligas de futbol comenzando el camino, en la Copa Morelos, torneo amateur en el que participan jugadores profesionales y exprofesionales. Después de conseguir buenos resultados, lo invitan a ser parte del curso para árbitros al que asistió a los 20 años.

Por el momento, le ha ido muy bien en el arbitraje; ha participando en tres juegos de la Liga MX Femenil y en ocho como cuarto árbitro.

Motivado por el trabajo que ha realizado, el de Zacatepec, Morelos; espera seguir avanzando y mejorar en cada partido hasta lograr; ser parte del arbitraje de la Primera División.

Al acompañar a su padre al arbitraje; en una de las reuniones, se le acercó Miguel Gutiérrez y le sugiere arbitrar