Priscila Elsa Hernández Becerra, de 20 años, es un ejemplo de vida para la juventud cuautlense y de Morelos, pues a pesar de su discapacidad ha demostrado cómo se puede salir adelante, gracias al esfuerzo, trabajo y dedicación al deporte, especialmente en natación.

Desde que tenía dos años, ella se vio limitada por su discapacidad limítrofe que se refiere a una dificultad significativa para la adaptación y los aprendizajes escolares, especialmente en el aprendizaje de aquellas áreas y tareas las cuales requieren funciones psicológicas de razonamiento.

Esta discapacidad provoca un menor grado de habilidad o ejecución en el desarrollo de las capacidades de una persona, también sufrió de dos comas que le mataron algunas neuronas cuando era bebé.

Gracias a que desde muy pequeñita, prácticamente un bebé, su padre la enseñó a nadar, ella pudo caminar, hablar, desenvolverse y poder tener comunicación con la demás gente.

A los 10 años, Priscila comenzó a competir y eso la impulsó a seguir superándose, ya que no asiste a la escuela, porque no hay profesores que atiendan su discapacidad y todo lo que ha ido aprendiendo fue gracias a sus padres.

En los próximos días, Priscila Elsa Hernández participará en los Juegos Especiales y Paralímpicos en el estado de Colima, del 24 al 27 de agosto, donde representando a Morelos competirá en cinco pruebas y estilos como son mariposa, dorso, crol, combinado individual y una de 200 metros crol, en las cuales pretende traerse todas las preseas, donde es la única competidora con esta discapacidad.

Priscila ha participado en seis competencias a nivel nacional y en las cuales siempre ha logrado ganar medallas que la llenan de orgullo y motivan a seguir nadando.

“Para mí el nadar es mi vida, mi pasión, porque gracias a la natación puedo caminar, hablar, relacionarme con la gente, pero sobre todo soy feliz”, señaló Priscila Elsa Hernández Becerra.Finalmente, dijo que ya los jugadores que jugaron los 90 minutos ya se recuperaron, mientras que con el resto del plantel se ha trabajado con normalidad, con las baterías bien puestas para enfrentar a los Cafetaleros.