Esta fue la trayectoria de Vicente Alvirde Tapia

El ex árbitro y futbolista profesional dejó de existir en la capital morelense, dejando un legado importante en el deporte

Óscar García | El Sol de Cuernavaca

  · martes 31 de marzo de 2020

Óscar García El Sol de Cuautla

Gran consternación generó en Morelos la muerte de Vicente Alvirde Tapia, ex futbolista y arbitro profesional, murió en Cuernavaca la noche de este lunes. Su cuerpo fue cremado este martes en una agencia funeraria de la capital morelense.

Su carrera como futbolista la inició en su natal Yautepec pero debutó profesionalmente en los Arroceros del Cuautla después de formar parte del equipo Cuautla Juvenil, que pasó a ser en aquél entonces, semillero del equipo morelense después de haber descendido de Primera División en la temporada 58-59.

Cuautla fue bautizado por el Diario ESTO como “El fantasma del Balneario” en aquella época por vencer aquí en su campo a los grandes equipos del máximo circuito profesional, teniendo en sus filas a Jaime Belmonte, autor del gol con el que México conquistó su primer punto en un Mundial en el empate a 1 frente a País de Gales en Suecia 58.

Pero la relación de Jaime y Alvirde nace más adelante, pues una vez que el goleador fue vendido por el Cuautla al Irapuato tras cotizarse por las nubes con esa histórica anotación, años después se encontró con Alvirde jugando en el equipo fresero, tal como lo señala el decano periodista Martiniano Cruz.

“Alvirde era un jovencito y aficionado que veía a Belmonte desde las gradas, pero después de que éste se fue a Irapuato vendido con una cifra récord, en esa época pagaron por él 100 mil pesos, Alvirde y otros jóvenes pasaron a formar parte del Cuautla que ya había descendido; aquí jugó un par de años y se fue al Pachuca donde jugó los siguientes cinco año, para luego en la temporada 1966-67 llegar al Cruz Azul que tenía poco de haber ascendido a la Primera División (64-65). En los cementeros estuvo sólo un torneo y pasó al Irapuato, donde tuvo sus mejores años al lado de Belmonte, su ídolo en Cuautla”.

“Las características de Alvirde, para quienes lo conocimos, eran de un arquero valiente y que cubría bien su marco, eso lo llevó a pisar esos grandes equipos sin lugar a dudas”, añadió Martiniano Cruz.

A su retiro luego de ocho años como futbolista donde además ganó una medalla de oro con un combinado mexicano en Puerto Rico, Alvirde con esos cimientos deportivos, incursionó en el arbitraje profesional con actuaciones sobresalientes en las diferentes divisiones de ascenso hasta llegar al máximo circuito, donde se desempeñó como juez de línea y árbitro central, y colgaría el silbato tras once años luego de pitar su último partido en el estadio Azteca en un duelo entre Cruz Azul y Guadalajara ante una gran entrada.

Pero mientras ejercía el arbitraje, incursionó en el ámbito educativo dando clases de educación física en el CBTis 76 de Cuautla, escuela de nivel medio superior donde alcanzó su jubilación en la década pasada.

Esa profesión por enseñar, lo llevó a dar varias pláticas a jugadores profesionales sobre las reglas del futbol y sobre su manera de conducirse en la vida aprendiendo de su propia experiencia.

“Como árbitro era enérgico, pero respetuoso con el jugador, muy diferente a Bonifacio Nuñez; en lo personal me tocó que me pitara cuando jugué en el Marte, Teziutlán, Salamanca y Cuautla donde fui capitán. Estando en Cuautla en varias ocasiones nos dio charlas del reglamento y hasta como cuidar la fama y el dinero que nos dio el futbol, sin duda una gran persona que nos ayudó mucho en nuestro desarrollo futbolístico”, afirmó Isidro Torres “La Tripa”, defensor central nacido también en Morelos.

En su última faceta dentro del futbol, Alvirde fue entrenador durante un par de torneos en los Arroceros del Cuautla en segunda división, hace dos décadas.

Vicente Alvirde Tapia, nacido el 19 de julio de 1939 en Yautepec, murió dejando un legado importante en el deporte, el arbitraje nacional y la educación. Alumnos, profesores y deportistas, lo calificaron como leyenda del deporte morelense.