Si perder un Clásico es doloroso, hacerlo en una instancia definitoria tiene una repercusión todavía más fuerte en un club de la magnitud de Guadalajara, que se quedó en los cuartos de final de la Copa MX luego de caer por 2-0 frente a América.
La mañana posterior al descalabro, Chivas volvió a Guadalajara. En un vuelo proveniente de la capital, el plantel rojiblanco apareció en la terminal aérea en donde, a diferencia del recibimiento multitudinario en la Ciudad de México, solamente una decena de aficionados los esperaban para animarlos y pedir la foto del recuerdo.
Raúl Gudiño y Alan Pulido fueron de los más solicitados y también los que se dieron más tiempo para acceder a las peticiones de los hinchas, los cuales animaban e invitaban a sus ídolos a levantar la cabeza.
En general, los futbolistas del redil se mostraron con caras largas y un semblante de seriedad que mantuvieron. La gran mayoría evitó dar sus impresiones acerca de lo sucedido en Santa Úrsula, solamente Jair Pereira dio la cara para dar su postura del encuentro perdido y el momento que viven en el seno rojiblanco.
Tan pronto todos los jugadores subieron al autobús que los esperaba en el estacionamiento del aeropuerto, partieron directo a las instalaciones de Verde Valle, en donde sostuvieron una plática con el técnico José Cardozo y luego, entrenaron divididos en dos grupos; unos realizaron trabajo regenerativo y otros una sesión más intensa, con miras a la visita de América para mañana.
Cabe mencionar que tras tener la tarde libre, los elementos de Chivas se concentraron por la noche en su hotel sede, de donde se dirigirán hoy por la mañana a su club para entrenar y terminar su preparación para el compromiso de Liga ante los azulcremas.