Haciendo historia y con mucha alegría, María de Lourdes Moreno narra parte de sus vivencias en el fútbol femenil, aunque se pone melancólica al recordar sus mejores momentos, también le vuelve la alegría cuando menciona a sus hijos y a sus nietos, quienes han seguido su camino.
María de Lourdes Moreno, ahora residente en la Mina 5 de Chipitlán, recuerda cuando vistió la playera del Vasco de Gama en el Estado de México, donde se desempeñaba como extremo derecho, de donde avanzaba por la banda y mandaba los centros al corazón del área para hacer los goles, pero también anotaba desde cualquier punto que fuera cercano al área de los 16:50.
Luego se fue a Ciudad Neza donde cambió de colores jugando para el Cruz Azul, con este equipo fue campeona goleadora en tres temporadas, no consecutivas y con un promedio de 17 goles en cada temporada, "estaba muy contenta con estar en esta ciudad porque jugaba cada fin de semana".
Después su esposo Gerardo Olvera la trajo para Cuernavaca donde tiene años de residir, pero aquí se dedicó a sus hijos porque también les gustaba el fútbol, "yo quería que ellos destacaran, y sí jugaban muy bien y hasta el momento lo hacen, aunque hoy se dedican a llevar a los hijos a los entrenamientos con los equipos y a los partidos entre semana y los sábado o domingos, son muy buenos, creo que algunos de ellos llegarán al fútbol mayor si siguen así".
Moreno expresó que antes se criticaba mucho a la mujer por jugar el fútbol, "pero yo nunca le paraba, ahora es diferente, admiro a jugadoras de Estados Unidos por la forma de jugar, y en México admiro mucho a Mónica Ocampo, recuerdo que mi mamá se enojaba y tenía que irme a escondidas a jugar, a las 12 de la noche hacía mi quehacer y mi padre siempre me apoyaba, hoy tengo que apoyar a mis hijos y a mis nietos, soy muy feliz".