Con el único fin de encauzar a sus hijos en el deporte, concretamente en el béisbol, Raúl Pérez Vargas, fundó el equipo Tigres de San José a finales de la década de los 90. Actualmente en el equipo participan cuatro de sus hijos y él, es decir, juntos, padre e hijos forman más de medio equipo en la novena.
El objetivo se ha cumplido, pues a través del deporte, la familia Pérez Pérez ha mantenido esa unión familiar que todo padre desea. Actualmente el más pequeño de la dinastía es Rodrigo Pérez, quien a sus 12 años de edad se entrena en la prestigiada Liga Maya de la Ciudad de México.
Poblano de nacimiento, pero más cuautlense que el arroz
Aunque su infancia y juventud la vivió en su estado natal, Puebla, Raúl Pérez Vargas reconoce que en Cuautla ha encontrado su razón de vivir, pues aquí con excepción de su hijo mayor que nació en el vecino estado, el resto de la familia, siete, todos varones, nacieron en Cuautla. De ellos dos fallecieron.
De la familia son seis hijos y de ellos todos han jugado beisbol
Desde joven me vine a Cuautla a ayudarle a mi papá en el trabajo, aunque mis estudios primarios y secundarios fueron en Puebla, donde me nació el amor por el béisbol, señala el entrevistado.
Allá los vecinos jugábamos con una pelota de plástico, nos juntábamos para jugar la cascarita. Luego en la escuela también hacíamos lo mismo hasta que, a los 13-14 años, nos decidimos a conformar un equipo para meterlo a participar dentro de la categoría de tercera fuerza de la Liga de San Martín Texmelucan, equipo que se llamó San Juan Tuxco, como el pueblo donde vivíamos.
Ya en Cuautla, por invitación de uno de sus compañeros de trabajo, fue como supo de la Liga Municipal de beisbol; "le pedí que me invitara y fue como inicié aquí en el equipo de la colonia Juan Morales; luego tuve un paso breve por el equipo de Tenexepango, y regresé al Juan Morales".
Sus hijos, el motivo de formar Tigres
Mis hijos para entonces ya crecían, me veían jugar y fue como los encaucé a también practicar el béisbol: y fue como me nació el independizarme y hacer mi propio equipo, los Tigres de San José, en el que jugó el más grande, entonces de 12 años Valentín, en una Segunda Fuerza.
Con el paso de los años también se fueron agregando sus demás hijos hasta que a casi 20 de incursionar en la pelota caliente de esta zona Oriente, están ya integrados cuatro de ellos:
- Valentín: juega en segunda base
- Ángel: short stop, primera base y filder
- Raúl: pitcher y filder, y Daniel que es filder
Atrás de ellos viene Rodrigo, a quien Pérez Vargas le ve más condiciones que al resto; "él se está preparando en una buena Liga que es la Maya en la Ciudad de México, a la que va a entrenar una vez a la semana y los sábados juega".
El salto a Primera Fuerza
Empujado por esa unión familiar, Raúl Pérez Vargas y sus Tigres de San José han militado principalmente en la Segunda Fuerza de la Liga local; pero fue hasta la presente temporada por terminar que dieron el salto a la Primera Fuerza.
Habíamos sido subcampeón la temporada anterior, pero pedimos a la liga que para este torneo nos incluyera en Primera Fuerza para que mis hijos tuvieron un poco de más roce y crecieran un poco más, y fue como participamos en esta máxima categoría con un buen papel en general en nuestro primer torneo.
Durante su estancia en la segunda fue un constante equipo que calificó a playoffs, sin embargo nunca pudo coronarse con el título; "calificamos muchas veces pero no hemos tenido la dicha de ser campeones; lo conseguimos en una Primera A, en la que participamos en la temporada 2003-2004; hoy que estamos ya en la máxima categoría, hicimos grandes cosas en nuestro primer torneo; entramos a los playoffs, a pesar de jugar prácticamente con el mismo equipo que jugó en segunda, con el único refuerzo de Rogelio Benítez, jugador ya de experiencia en primera".