En los 2000 en varias discotecas del estado y el país sonaban con mucha fuerza Britney Spears, Madonna, Gorillaz, Bon Jovi, 50 Cent, Eminem, Nelly y Kelly Rowland, entre otros más locales como Kabah, Flans, Menudo y Timbiriche.
En Cuernavaca la vida nocturna se ha ido apagando poco a poco. Actualmente son contados los antros o discotecas que aún permanecen activos en la ciudad, pero seguramente muchos adultos de entre 30 y 50 años de edad recuerdan la gran época de El Alebrije.
A finales de los 90 y principios de los 2000, Cuernavaca era sinónimo de fiesta y excelente vida nocturna. Las personas viajaban desde la Ciudad de México, Puebla o Querétaro para venir a las discotecas que había en la ciudad, ciudad de la eterna primavera, pero había una en especial que cuando cerró sus puertas para siempre le dolió a más de uno.
Miguel Mejía es un empresario que durante su juventud aseguró haber visitado los mejores antros y discotecas de Morelos y Ciudad de México. Y una de ellas es El Alebrije, que se ubicaba sobre Plan de Ayala en lo que hoy es una mueblería en la colonia Teopanzolco: “El Alebrije era muy grande por dentro y las instalaciones eran cómodas”.
Recordó que para entrar a ese lugar “había que vestirse bien”, pues ese código estaba muy marcado entre los clientes e incluso los llamados cadeneros no siempre eran amables: “Si los conocías podías entrar con playera y tenis, pero si no se sí ponían medio especiales”. Además, si no eras cliente frecuente debías hacer fila y esperar en la entrada hasta que te dieran acceso
Y es que generalmente las personas que asistían eran de clase media y media alta, pues en su mayoría llegaban a bordo de autos deportivos o lujosos. Mejía dijo que el movimiento en El Alebrije empezaba desde los días jueves, pero los más fuertes eran sin duda los sábados.
Esta discoteca antes fue el News y la temática como tal de El Alebrije era muy similar al que había en Acapulco, es decir, el interior era color negro con detalles rojos y dorados; al centro había una pista de baile que se iluminaba de diferentes colores y muchas bolas de discoteca giraban, había pantallas en las paredes y el piso era de mosaico negro con blanco, según lo descrito por Miguel.
También recordó que había zona de periqueras, sillones, pero los mejores lugares siempre eran los que estaban más cerca de la pista para así no perder de vista las pertenencias y bebidas.
Dijo que no tiene grabados en su memoria cuánto costaba una botella en ese lugar; sin embargo, aseguró que sí se trataba de un lugar cuya carta era costosa, al menos más que el resto de antros de esa época: “Convenía ir en grupo para que entre todos pagáramos la cuenta y al final no saliera tan caro, yo siempre iba con mis amigos”.
Mencionó que la fiesta en el Alebrije se acababa por lo menos a las siete de la mañana, dependiendo del ambiente que se generara y de los acompañantes de esa noche: “En ese tiempo estaba mejor porque había mucha más seguridad en Cuernavaca y la verdad no nos preocupaba eso”.
El Alebrije abrió sus puertas el 19 de abril de 2000 con un concepto innovador y un espacio moderno con capacidad para mil 250 personas, de acuerdo con la información publicada en la página Morelos Turístico. Y se despidió en el año 2010.
“Ese día estuvo super padre, las bebidas estaban mejor que nunca, había mucha gente, buena música y siempre que uno iba ahí salía con nuevos amigos”.
Muchos extrañan El Alebrije, las anécdotas y experiencias que en ese lugar vivieron. Hoy solo queda en la memoria de quienes lograron vivir la mejor época nocturna de la ciudad de la eterna primavera por allá de los lejanos 2000, época en la que los pantalones a la cadera en las mujeres era lo último en moda.
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