En Jantetelco, municipio de Morelos, se ubica un relicto de mi ecosistema favorito: la Selva Baja Caducifolia. El Cerro del Chumil o el Cerro del Mono es un maravilloso lugar que en conjunto con varias personas entusiasmadas por la naturaleza y la fotografía de aves y arácnidos visité el fin de semana pasado.

Se ubica a una hora con veinte minutos de la capital del estado y la forma de cabeza de mono es muy conspicua desde la carretera. Inmediatamente de que llegamos nos pusimos a explorar con gran emoción, y es que aún en temporada de secas la biodiversidad se luce.

Llegamos al Centro Ecoturístico, un lugar muy ameno que la administración del municipio en conjunto con la comunidad mantienen en muy buenas condiciones. Hay cabañas y posibilidad de acampar, además de que cuentan con una refrescante alberca que cae "de perlas" cuando se baja del cerro con esas temperaturas calurosamente mortales.

Hay un puente muy grande de madera que cruza toda la barranquita que ahorita tiene muy poca agua. Es muy emocionante cruzar por ahí. Ese mismo día tomé fotos de mi ave favorita: el Pájaro Vaquero o Piaya Cayana, que anteriormente se había escapado de mi lente. Además, compartí un bonito momento con una iguana negra que muy "campechana" se subió a un copal para tomar el sol.

Más tarde subimos casi hasta la cima del cerro para apreciar el atardecer que fue espectacular, más o menos se sube en unos 40 minutos. Pero tomando en cuenta que íbamos observando con detenimiento, pasó más tiempo. Desde arriba también se observa el Popocatepetl que todo el día tuvo fumarolas llamativas. Por la noche algunas personas del grupo estuvieron fotografiando murciélagos que muy animosos se alimentaban de los frutos de un amate.

Al otro día conocimos a un grupo de personas que disfrutan de hacer rapel en la zona, ya que además por el tipo de orografía el lugar es ideal para ese tipo de actividades, aunque demasiado atrevidas para nosotros. Definitivamente preferimos fotografiar arañas y alacranes en lugar de enfrentar las alturas.

Pasamos un momento muy ameno e hicimos la promesa de regresar en la época lluviosa. Agradecemos a la comunidad y al Ayuntamiento de Jantetelco por las atenciones que tuvieron con nosotros. Sin duda es uno de los lugares que son “visita obligada” en nuestro bello estado para pasar un fin de semana muy especial.

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