Desde hace varios días quedó inaugurada la temporada navideña con la presencia de las rojas nochebuenas que han inundado las ciudades, casas y oficinas. Las nochebuenas son una planta ornamental y su nombre científico es Euphorbia pulcherrima.
El centro de origen biológico de las nochebuenas se encuentra en México y América Central, donde crecen de forma silvestre. Es una especie perenne que puede alcanzar alturas de hasta tres metros en su hábitat natural.
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Sus hojas son de color verde oscuro y sus llamativas brácteas, que son las estructuras foliares coloreadas que rodean las flores, pueden ser de varios colores, siendo el rojo el más común, aunque también las hay en variedades blancas, rosadas y amarillas. Las flores, en realidad, son los pequeños botones amarillos que están al centro llenas de néctar.
En cuanto a la domesticación de las nochebuenas, se sabe que los pueblos indígenas de México, como los aztecas, ya cultivaban y utilizaban esta planta con fines decorativos y medicinales mucho antes de la llegada de los colonizadores españoles. Llamaban a la planta Cuetlaxochitl y la utilizaban para teñir telas y como remedio medicinal.
La planta fue "redescubierta" por el embajador de los Estados Unidos en México, Joel Poinsett, en el siglo XIX. Poinsett quedó impresionado por la belleza de la planta y la envió a los Estados Unidos, donde se popularizó y se le dio su nombre científico en su honor, Euphorbia pulcherrima. A partir de entonces, la nochebuena se convirtió en una planta ornamental muy apreciada en todo el mundo.
Pero su historia está vinculada a la cultura mexicana y a una leyenda que cuenta cómo se convirtió en un símbolo navideño. Según la leyenda, en la época colonial en nuestro país había un niño llamado Pepita que no tenía regalo para ofrecer en la iglesia en la víspera de Navidad porque era muy pobre.
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Con el corazón lleno de tristeza, Pepita recogió unas modestas hierbas silvestres en el camino hacia la iglesia. Cuando llegó, colocó estas humildes plantitas frente al altar. De repente, las hierbas se transformaron en hermosas flores rojas y todos los que presenciaron el milagro quedaron asombrados. Estas flores eran las primeras nochebuenas.
Desde entonces la nochebuena se ha asociado con la Navidad en México y en muchas partes del mundo. Su color rojo vibrante se asemeja a la pasión y el amor, lo que la hace apropiada para la temporada navideña.
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