R-A-N-A: Rojo, amarillo, negro, amarillo. He leído y escuchado un sinfín de ocasiones que, para diferenciar una coralillo de una falsa, nos aprendamos de memoria este patrón de coloración.
Las venenosas serán R-A-N-A. La verdad esa información es más falsa que una falsa coral. En nuestro país no es una regla en lo absoluto y hay que tener mucho cuidado con ello.
Especies endémicas
En México hay 13 especies del género Micrurus y la mayoría son endémicas de territorio, o sea que no están en ningún otro lugar del planeta. Presentan anillos de colores que son variables: amarillo, negro, blanco, pero no todas. Algunas tienen manchas que no parecen anillos.
Se alimentan de otros invertebrados, incluso de otras serpientes. De hecho, como ya se mencionó anteriormente, hay serpientes que se hacen pasar por ellas y que no son venenosas pero la identificación de si son la verdadera o la usurpadora, mejor se la dejamos a los expertos.
Las coralillo tienen la mandíbula de manera distinta que las típicas víboras con dos colmillos grandes al frente. Los dientes de las Corales son pequeños y aserrados por lo que para impregnar su veneno muerden a su presa sin soltarla.
Así que en realidad las probabilidades de un accidente ofídico son mínimas si se les deja en paz y, aún así, la mayoría de las mordeduras a humanos no conducen a la muerte por aquello de que necesitan masticar frecuentemente. Como todas las especies, su importancia en el ecosistema es fundamental, ya que ayuda a controlar las poblaciones de otras especies y recordemos que todo está en constante equilibrio.
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