Cuernavaca es una ciudad turística, así ha sido y así seguirá. Cuernavaca, aunque pequeña, es una ciudad privilegiada por su riqueza natural y cultural.
En las décadas pasadas (parece que fue ayer), la cercanía con la Ciudad de México convirtió a Cuernavaca en una ciudad llena de música y buen ambiente durante los fines de semana. La vida nocturna tuvo su apogeo en las décadas de los 80, 90, e incluso en los 2000.
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Nostalgia de la época
Si eres muy joven, es obvio que desconoces cómo era el ambiente festivo de Cuernavaca, pero si te tocó ser joven en aquellos años, seguramente recuerdas cómo la ciudad se transformaba en cuanto el sol se ponía. Si venías desde las afueras de la ciudad, allá por el hermoso Paseo Cuauhnáhuac (porque alguna vez fue un paseo bellísimo con su amplio camellón verde, iluminado de forma tenue con luminarias color ámbar y pequeñas casillas pintorescas para las paradas de los camiones), seguro disfrutaste el atardecer mientras te dirigías a alguna de las plazas o cafés para reunirte con tus amigos, previo a ir a la "disco".
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Y es que por años, Cuernavaca tuvo una amplia oferta de discotecas y bares que competían con los mejores.
Uno de ellos, obvio, fue Taizz, el centro nocturno que abrió en 1986 y que sirvió de escenario para grandes artistas como Juan Gabriel, Timbiriche, Pandora, Yuri, Mijares, Fandango, Flans, entre muchos otros.
Taizz no sólo fue el lugar de moda en Cuernavaca, era el lugar de visita obligada para la juventud de antaño. Ahí, cada noche era una noche inolvidable.
Las tardeadas
Las tardeadas eran esas fiestas en la disco que iniciaban temprano y concluían antes del anochecer. Los jóvenes disfrutaban de la música y el baile sin que sus papás tuvieran inconveniente, ya que no había venta de alcohol.
Las reuniones generaban amigos que "quedaban" en reunirse así, semana tras semana. ¿Te imaginas con cuánto deseo se esperaba el fin de semana?
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En los 80 y 90, la vida era simple, y la música era lo estelar en la pista de baile, porque no importaba cómo bailaras, lo importante era estar.
¿Volverá el antiguo esplendor?
Como todo, la vida cambia. Es imposible regresar el tiempo. Esa Cuernavaca ya no existe. Factores como la falta de seguridad, la migración, la movilidad y hasta la moda frenaron la actividad de este sector en Cuernavaca.
Muchos de los lugares que albergaron la juventud de generaciones ahora ya no existen o bien están afectados por el paso del tiempo.
"No hay condiciones", se escucha declarar a los empresarios. El futuro de la vida nocturna, desde hace años, es incierto, al igual que la seguridad, uno de los factores que más frena el desarrollo del sector.
Todo cambia, pero aún con ello, Cuernavaca conserva las bondades de su clima y la familiaridad de quienes aquí estamos.
La nostalgia puede ser fuerte, pero la ciudad evoluciona a la par de las nuevas generaciones que, a su manera, imponen nuevas alternativas de diversión en Cuernavaca.