Cada año, en vísperas del Día de Muertos, los mercados mexicanos se llenan de colores, aromas y sabores únicos que celebran la vida y honran a los seres queridos
Uno de los elementos que no pueden faltar en las ofrendas es el dulce tradicional, entre los cuales destacan los tlaxcales, una delicia de origen prehispánico hecha a base de maíz, y otros favoritos como la calabaza y los tejocotes en dulce.
¿Qué son los tlaxcales? Dulce herencia del maíz
Los tlaxcales son un tipo de galleta o panecillo que se prepara con harina de maíz, un ingrediente sagrado y fundamental en la gastronomía mexicana. Aunque se han popularizado en varias regiones, esta receta tradicional ha sido transmitida de generación en generación, y su origen se remonta a tiempos prehispánicos, cuando el maíz era considerado un regalo de los dioses.
Los tlaxcales tradicionales son conocidos por su textura, que varía desde una especie de "polvorón" más firme, hasta una versión más suave elaborada con harina de maíz. Ambos tipos son populares, con auténticos sabores mexicanos.
Por ejemplo, la señora Silvia Aurelio, quien lleva más de 20 años vendiendo estos dulces en el mercadito de Jojutla, aprendió la receta de su abuela y ahora ofrece bolsas de cuatro tlaxcales por 20 pesos, manteniendo precios accesibles para que todos puedan incluirlos en sus altares.
¿Cómo se preparan los tlaxcales de maíz?
La preparación de los tlaxcales es sencilla, pero requiere ciertos conocimientos tradicionales.
Para hacerlos, se mezcla harina de maíz o maíz molido (conocido como camagua) con ingredientes básicos como manteca de puerco o vegetal, azúcar, polvo de hornear y un poco de agua.
- La masa se amasa hasta lograr una consistencia moldeable.
- Se forman bolitas que se aplastan ligeramente y luego se hornean.
- Algunos tlaxcales, especialmente los de elote, se cocinan en un comal, lo que les da un sabor y textura únicos.
Otros dulces en la ofrenda: Calabaza y tejocotes
Además de los tlaxcales, en las ofrendas del Día de Muertos también suelen incluirse otros dulces típicos como la calabaza y los tejocotes en dulce. Estos ingredientes requieren una preparación laboriosa, lo que los convierte en un símbolo de devoción y respeto hacia los seres queridos que se recuerdan en estas fechas.
En el mercadito de tradiciones de Jojutla, es posible encontrar vasitos de tejocotes en dulce a 25 pesos y trozos de calabaza en 20 pesos, listos para agregar a las ofrendas.
El significado de los dulces en la ofrenda
Los dulces en la ofrenda no son solo un regalo para el paladar; también tienen un significado simbólico dentro de la cosmovisión mexicana. Representan la dulzura de la vida y la alegría de recordar a quienes ya no están físicamente.
Acompañan a otros elementos como el agua, las velas, la sal y las flores de cempasúchil, que juntas crean un espacio de bienvenida para las almas que visitan los altares en esta época especial.
Se mantiene la tradición
Aunque en muchas ofrendas modernas el pan de muerto ha sustituido a los tlaxcales, algunas familias mantienen esta tradición como un homenaje a sus raíces.
Para Carmen García, otra comerciante de Tehuixtla, los tlaxcales de maíz tienen un lugar especial en su altar, ya que eran los favoritos de su esposo.
Los tlaxcales, junto con los tejocotes y la calabaza en dulce, son más que simples golosinas; son símbolos vivos de la cultura y tradición mexicana, capaces de conectar a las generaciones actuales con sus ancestros.
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Con información de Angelina Albarrán