El eclipse solar del 11 de julio de 1991 capturó la atención de millones en México y transformó la percepción de los eventos astronómicos en el país. Ese día, el periodista Jacobo Zabludovsky hacía la crónica y adelantaba que el próximo fenómeno similar sería el 8 de abril de 2024.
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"Esto que estamos viendo no ocurrirá de nuevo hasta el 8 de abril del año 2024 para los habitantes de la República Mexicana".
Para quienes vivimos de niños o adolescentes aquel evento, ese futuro se nos hacía muy lejano, pero ahora ¡Nos alcanzó!
"Yo tenía entonces como 12 años, la verdad es que no pensé que fuera a vivir para experimentar otro eclipse de este tipo. Sé que ahora será menos y no será total, pero aún así, recuerdo que te decían que no volverías a vivir lo mismo nunca en tu vida, e igual y sí porque según sé, ahora sólo nos tocará verlo de forma parcial", narra Mónica Huerta, habitante de Jiutepec a sus ya 45 años.
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¿Cuál era el contexto internacional y nacional en 1991?
En 1991, el escenario mundial estaba dominado por eventos como la Guerra del Golfo y la desintegración de Yugoslavia. Paralelamente, la World Wide Web se abría al mundo, preludiando la revolución digital que transformaría la sociedad global.
En México, bajo el mandato de Carlos Salinas de Gortari, el país navegaba por reformas económicas y políticas, mientras que en Morelos, la gestión del gobernador Antonio Riva Palacio López enfrentaba retos como los conflictos por la tenencia de la tierra.
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"Apenas platicábamos con mis hermanos sobre qué estábamos haciendo en 1991, algunos estaban trabajando aquel día, otros en la casa. Siento que quizá por la época en aquel entonces hubo mucha promoción en la televisión, todos hablaban del eclipse", comparte Don Oscar Márquez, de 70 años, y residente de Jiutepec.
Expectativas para este 8 de abril
Hoy, en 2024, nos encontramos en la víspera del eclipse solar parcial anunciado hace más de tres décadas.
La expectativa es alta, tanto entre aficionados a la astronomía como en la población general, pero no para todos. Es el caso de David, un hombre de 58 años residente de Cuernavaca que vivió el eclipse de 1991.
"Recuerdo que en aquel entonces, yo esperaba que se hiciera de noche completamente, pero eso no ocurrió, todavía había un poco de luz. Lo que sí recuerdo es que un viento frío corrió y los pájaros empezaron a volar rumbo a los árboles".
La UNAM y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe) han calificado el eclipse de este 2024 como una oportunidad de una sola vez para observar un fenómeno astronómico de gran belleza y aporte científico.
¿Qué significa el eclipse?
El eclipse del 8 de abril de 2024 no es solo un fenómeno astronómico; es un puente entre generaciones.
Para quienes vivimos el eclipse de 1991 es una oportunidad para notar el avance en la ciencia y la tecnología: ¿Cómo pasamos de seguir la cobertura a través del radio y la televisión a hacerlo ahora en las plataformas digitales?, ¿Cuál será la experiencia de pasar de capturar las imágenes con una cámara de 35 mm a hacerlo con nuestro teléfono celular?
Para los jóvenes, este eclipse puede ser una pretexto para despertar su curiosidad, y al mismo tiempo ejercer un pensamiento crítico hacia la apreciación científica y el cosmos, tal y como exhortan la UNAM y los científicos.
En efecto, el futuro nos alcanzó, pero en este cruce temporal entre pasado y futuro se acepta la invitación a regresar la vista al cielo, tal y como lo ha hecho la humanidad a lo largo de su historia. No solo como testigos de un evento astronómico sino como parte de una continuidad humana que vuelve a despertar en nosotros la eterna pregunta sobre el lugar, nuestro lugar, en el Universo.