Alguna vez de niña estaba de paseo en algún lugar que no recuerdo el nombre, pero era bosque y hacía frío. Había un par de niños “cazando” camaleones.
Recuerdo que gritaban que les salía sangre por los ojos, pero yo era un poco miedosa y no me acerqué demasiado. Mi hermano me contó que los niños agarraban a unas lagartijas con espinas y que estas, luego de que las molestaban, tenían sangre en los ojos. Uno de los niños decía que se llevaría uno de mascota.
Después de un tiempo supe que se trataba de Lagartos Cornudos, que son organismos protegidos y que su tenencia era, además de sumamente complicada por su dieta, ilegal.
Phrynosoma es el nombre del género de estos animales que frecuentemente les dicen Camaleón de montaña, Llora sangre, Lagarto Cornudo o Lagartija Espinosa. Se distribuyen desde el sur de Canadá hasta Guatemala y su apariencia es muy particular. Su cabeza tiene ornamentos que son como espinas y cuando se sienten amenazados la colocan de tal forma que “espina”, porque además inflan todo su cuerpo y al tacto es muy puntiagudo.
Además, algunos de estos reptiles avientan sangre como un chorro por sus lagrimales para ahuyentar a sus depredadores; esta sangre huele y sabe muy mal, así que les ayuda a escapar con eficiencia.
Estos lagartos además son de los pocos reptiles vivíparos. Es decir que desarrollan un tipo de huevo en el interior de la hembra que se incuba, eclosiona dentro de la madre y finalmente nace. Su dieta es también muy específica ya que principalmente se alimentan de hormigas.
Es por eso que si uno de estos niños se llevó uno a casa lo más probable es que haya muerto. Es complicada su tenencia en cautiverio, además de que se cometió un delito, pues varias de estas especies están protegidas por la ley.
De hecho, su mayor amenaza además de la devastación de sus ecosistemas es precisamente la extracción y su venta ilegal.
PHRYNOSOMA
Su nombre es debido a la estructura semejante a cuernos situada en su cabeza, lo que provoca que tenga una apariencia fiera. Repletos de escama, este reptil escupe chorros de sangre por sus ojos cuando se encuentra amenazado por algún peligro