Cuando era una niña de 8 años aproximadamente me llamaba mucho la atención que, al atardecer, en mi jardín, en Cuernavaca, Morelos, se empezaran a escuchar silbidos “fuuuuuuiii, fuuuuuuui” toda la vida pensé que se trataba de insectos, quizá cigarras. Me quedé con esa idea hasta que algún día fui a Amacuzac, al sur del estado. Mientras hacía mi tesis, se hizo mancuerna con otros compañeros de la UNAM e íbamos a colectar en conjunto.
Aquel día se hizo tarde y uno de ellos quería escuchar la vocalización de los anfibios porque probablemente haría su tesis con ranas. Nos quedamos cerca de un sitio donde había un pocito de agua y empezamos a escuchar una de las melodías más bellas de la naturaleza: el canto de las ranas. Y hasta ese momento me di cuenta de que los silbidos que escuchaba en el jardín eran muy similares. ¡Eran ranas! Y sí, llegué a encontrar unas muy pequeñitas, pero jamás imaginé que hicieran un silbido tan fuerte.
Las ranas son anfibios y se llaman así debido a que su ciclo de vida sucede en dos fases principalmente: una larvaria donde su respiración es a través de branquias (como los peces) y cuando son adultos, su respiración es pulmonar como la nuestra. Las ranas junto con los sapos pertenecen al orden Anura. Y aunque ranas y sapos son un nombre común, hay algunas características que los hacen diferentes. Las ranas tienen la piel lisa en la mayoría de las veces mientras que los sapos, la tienen rugosa, las patas de las ranas son más largas y sus dedos tienen la punta redonda, las ranas son muy buenas trepando, los sapos… no tanto. En México existen alrededor de 360 especies de ranas y sapos.
Su coloración es muy diversa y casi todas son de colores que les permiten un camuflaje casi perfecto y su vocalización puede incluso escucharse a varios kilómetros de distancia ya que es una poderosa herramienta para encontrar pareja y marcar territorio.
Aunque no tienen muy buena fama debido a su apariencia, las ranas y sapos son sumamente importantes en los ecosistemas. Son reguladores de poblaciones de muchas especies de insectos, pero al mismo tiempo, ellas también son alimento de otros animales como aves, reptiles e incluso mamíferos. De hecho, encontrar anfibios en algún lugar, es un indicador de un buen estado de salud del sitio ya que son altamente susceptibles a contaminantes.
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