La Universidad del Sol, conocida como Unisol, se ubicó en Cuernavaca y fue considerada la primera universidad privada en Morelos. Durante casi 30 años formó a diversas generaciones de jóvenes en distintas áreas profesionales a través de licenciaturas, posgrados y diplomados.
“Mi esposo, el doctor Leoncio Hernández Íñiguez, y yo tuvimos la intención de crear una universidad que atendiera a sectores y áreas de la educación de actualidad y que formara jóvenes en líneas modernas de trabajo con carreras de equilibrio”, expresó Leonor Figueroa, fundadora y exrectora de la Universidad del Sol.
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Asimismo, menciona que el doctor Leoncio Hernández tuvo una trayectoria muy interesante en el área de la Física y fue partícipe de la fundación de varias escuelas de física en distintas partes de la República Mexicana. Y una de las grandes acciones fue integrarse al equipo de fundadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); y derivado de eso estuvo en la creación de la Subsecretaría de Educación Superior, que entonces no existía en México, y se formó el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE).
Y como parte de su labor, ambos participaron en la investigación Un Diagnóstico de la Educación Superior y de la Investigación Científica y Tecnológica de México: 1945 a 1975, donde se analizaron títulos profesionales, se clasificaron por áreas del conocimiento y los proyectos de investigación que tenía Conacyt.
“Se hace una confrontación de qué tanto la formación de educación superior está contribuyendo a la investigación, y a partir de ver cifras y resultados reflexionamos y decidimos abrir la universidad fuera de la Ciudad de México, con distintas carreras que respondieran a las necesidades regionales y nacionales”.
Respecto al nombre de la Universidad del Sol, Leonor Figueroa explicó que éste se basó en una filosofía muy mexicanista y con el nombre quisieron hacer remembranzas a la cultura Azteca, donde se habla del Quinto Sol.
“El logotipo de la universidad en los títulos de los alumnos es diferente al de la publicidad, pues hicimos una adaptación del escudo azteca donde se presentan cuatro soles y al centro el quinto, como forma de rescatar esa mística de un pueblo guerrero, luchador y que dejó mucha cultura a los mexicanos”, detalló.
La Secretaría de Educación Pública autorizó el nombre y recibieron el reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE). Entre las primeras carreras que ofertaron estaban Ingeniería Cibernética, Ingeniería en Computación, Ciencias de la Comunicación, Diseño Gráfico, Lengua y Literatura Hispánicas y Sociología.
“Algunas carreras no existían en ninguna de las universidades de Morelos, es decir, fuimos la primera universidad privada en empezar con esas licenciaturas”.
Leonor Figueroa menciona que en un principio la Unisol se ubicó en calle Cuautla de la colonia Miraval, en Cuernavaca: “Tuvimos grandes experiencias con muchos estudiantes y egresados cada semestre con un proceso de evaluación que implicaba los avances académicos en el salón de clases, pero también se hacían demostraciones de los logros que habían tenido los alumnos en cualquiera de las áreas. Teníamos eventos de mecánica automotriz, los chicos de las ingenierías presentaban sus prototipos y circuitos que iban desarrollando a través de todos los conocimientos obtenidos. Presentaban proyectos de Diseño y Comunicación, era interesante y motivador para los jóvenes”.
Compartió que su Misión y Visión siempre estuvieron enfocadas en el compromiso con la sociedad, contribuir al desarrollo social, económico de Morelos y del país, y sobre todo brindar una formación humanística y con ética en los alumnos. Durante muchos años la Universidad del Sol realizó eventos con conferencistas y personalidades muy importantes de la política, el deporte y la sociedad, para enriquecer el conocimiento de sus alumnos.
"Recuerdo que uno de nuestros invitados fue Hugo Sánchez, que vino a inaugurar una esfera que teníamos que era el laboratorio de cómputo y que fue una estructura diseñada por el arquitecto Juan José Díaz Infante, autor del edificio de la Bolsa Mexicana de Valores. Equipamos la esfera por dentro con las computadoras en un ambiente de espejo y ahí tomaban clases los alumnos. También recibimos a Cuauhtémoc Cárdenas cuando estaba en campaña y a varios políticos que en aquel entonces eran destacados y muy importantes".
Asimismo, por varios años colaboraron con el Grupo Empresarial Morelos e impusieron el premio Tlacaélel que se dio por varios años a personalidades del estado de Morelos que destacaban en sus áreas de desarrollo, como al escultor Victor Contreras y académicos de la UAEM y UNAM.
"Impulsamos mucho el ámbito de la cultura y la ciencia, reconocimos la labor de muchas personalidades. Realmente hicimos una mancuerna interesante con el grupo empresarial".
En 2012, con la intención de tener más edificios y un ambiente más amplio, la sede de la Unisol cambió de domicilio a Boulevard del Lago 7, Villas del Lago, en Cuernavaca.
“Poco a poco fuimos adquiriendo el terreno y construyendo los edificios hasta que formalmente nos cambiamos en el 2012. Con una mayor oferta con más licenciaturas y maestrías en diferentes áreas. Surgió otro ambiente más relajado por la densidad de población en un espacio más agradable y moderno. Además, el diseño de las aulas fueron también del arquitecto Díaz Infante, con un edificio con ocho esferas, cada una fue un área y en la planta baja salones. En casi 30 años esa transición de incorporar sistemas y nuevos modelos de trabajo fue un gran reto".
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Desafortunadamente, en 2015 Leonor y Leoncio tuvieron que ceder la rectoría a nuevas personas, principalmente por motivos de salud, pero fueron víctimas de un fraude y la universidad cerró de manera definitiva.
"Mi esposo y yo le dimos paso a otras personas para llevar a cabo las riendas de la universidad, pero desafortunadamente tuvimos abuso de confianza y otros temas que se han ventilado por la vía legal, fuimos víctimas de un fraude de muchos elementos, y actualmente sigue todo el proceso".
Sin embargo, pese a todo, Leonor agradece la oportunidad de ver un sueño hecho realidad, de haber tenido una de las mejores universidades privadas en el estado de Morelos y de formar a muchas generaciones de jóvenes en distintas carreras, abonando al tejido social desde la trinchera de la educación superior.
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