La leyenda del Mictlán, el regreso de las ánimas en Día de Muertos

La leyenda del Mictlán es un recordatorio de la importancia de honrar y recordar a nuestros seres queridos que han fallecido

Redacción / El Sol de Cuernavaca

  · jueves 31 de octubre de 2024

La leyenda del Mictlán, lugar del descanso eterno./Agencia/Pexels.

La leyenda de Mictlán es una de las más antiguas y fascinantes de la mitología mexica. Cada año, el 1 y 2 de noviembre, se celebra el Día de Muertos una celebración que conecta nuestra herencia cultural y espiritual.

Según la leyenda, en estas fechas, las ánimas de los difuntos regresan al mundo de los vivos para visitar a sus familiares y amigos.

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Origen de Mictlán

Según la leyenda, Mictlán fue creado por los dioses Tezcatlipoca y Quetzalcóatl después del diluvio que destruyó la humanidad. Los dioses decidieron crear un lugar donde los muertos pudieran descansar y ser juzgados. Mictlantecuhtli, el dios de la muerte, era el gobernante de Mictlán y representado como un esqueleto con un cráneo y huesos. Su esposa, Mictecacihuatl, era la diosa de la muerte y la reina de Mictlán.

El regreso de las ánimas al mundo de los vivos

Según la cosmología mexica, el Mictlán se dividía en nueve niveles. Entonces, las ánimas debían viajar desde el Mictlán hasta el mundo de los vivos, cruzando los nueve niveles del inframundo. En este viaje, eran guiadas por la diosa Mictecacihuatl y acompañadas por los perros, que simbolizaban la lealtad y la protección.

Conoce los nueve niveles:

  • El río de la Muerte: Un río que separaba el mundo de los vivos del mundo de los muertos.
  • El sendero de los muertos: Un camino estrecho y peligroso que los difuntos debían recorrer.
  • El lugar de la nada: Un sitio de oscuridad y desorientación.
  • El viento frío: Donde los difuntos enfrentaban un viento glacial.
  • El lugar de la oscuridad: Un lugar de completa oscuridad.
  • El río de fuego: Un río de llamas que los difuntos debían cruzar.
  • El lugar del hambre: Donde los difuntos sentían un hambre insaciable.
  • El lugar de la sed: Donde los difuntos sentían una sed intensa.
  • El Mictlán proper: La última morada de los muertos, gobernada por Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacihuatl.

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En la leyenda, al llegar al mundo de los vivos, las ánimas son recibidas por seres queridos, se les ofrece comida y bebida en las ofrendas y tumbas. Sin embargo, después, las ánimas deben regresar al Mictlán.

Se cree que llevan consigo las oraciones, lágrimas y recuerdos de sus seres queridos, que los ayudan a encontrar paz y tranquilidad en el más allá.