Sin ir tan lejos, en la zona del muelle de la laguna de Coatetelco encontramos la palapa “Rinconcito Oaxaqueño”, donde se fusionan dos culturas culinarias que vale la pena disfrutar.
Pues en este sitio se puede disfrutar desde la tradicional mojarra de Coatetelco en hojas de totomoxtle, al mojo de ajo o en salsa macha, hasta las refrescantes bebidas y cremas preparadas con mezcal de Oaxaca.
A solo 45 minutos de la capital del estado, sobre la carretera federal en el tramo de Alpuyeca a Puente de Ixtla se encuentra la entrada al municipio indígena de Coatetelco, rico en tradiciones, historia y religión.
Ahí encontramos un museo y la zona arqueológica prehispánica, además de una iglesia que data del año 1530 y que por ahora está en reconstrucción, pues sufrió daños por el sismo del 19 de septiembre.
Otro de los grandes atractivos turísticos es su antiquísima laguna y las palapas que se han levantado sobre la rivera y a los costados de la carretera que conecta a este municipio con Miacatlán, en la zona del muelle.
La mayoría de palapas han invadido las riveras de la laguna y aunque no es un lugar propio para nadar los visitantes buscan una que colinde con el apacible lugar que predomina en la zona.
Y cerca de ahí está un “Rinconcito Oaxaqueño”, cuya alberca con chapoteadero se aprecia desde la entrada del lugar, así como sus verdes jardines, el estacionamiento y hasta un área para quienes gustan de acampar.
César Caramón Teodoro y Carolina Teodoro Santana son quienes con cálida y franca sonrisa reciben a los visitantes: “Tenemos gran variedad de platillos y de preparación de mojarras: fritas, al mojo de ajo, a la diabla, en salsa macha, en hoja de totomoxtle (de maíz), filetes de mojarra, pescado y camarones a la momia; en bebidas, los preparados especiales de micheladas o las camaroninas, cremas de mezcal y mezcal 100% de Guadalupe Etla Oaxaca”.
Y para compartirles los secretos de los sabores y colores de esta palapa entramos hasta la cocina, donde la maestra Carolina ya estaba poniendo el fuego al comal de barro y sobre el metate la masa de maíz colorado que se produce en las tierras de Coatetelco. En otro extremo se ubicaba la parrilla con la cacerola para freír las mojarras.
“El aceite tiene que estar bien caliente, hirviendo, antes de poner la mojarra para que no se pegue en la cacerola”, explica y comparte que durante 32 años vivió en Oaxaca donde trabajó y, al jubilarse, decidió regresar a su natal Coatetelco junto con sus hijos.
Entonces decidió levantar una palapa y hacer las combinaciones de lo aprendido de la cocina tradicional de Oaxaca y de su tierra Coatetelco, dando paso al “Rinconcito Oaxaqueño”. Se trata de una palapa familiar ubicada frente a la laguna, a un costado de la carretera que va de Coatetelco a Miacatlán, abierta los sábados, domingos y días festivos.
La mojarra la compran en el pueblo con las familias de los pescadores o en las pescadería, cuando los primeros no tienen el tamaño que los clientes piden.
Reconoce que cada palapa tiene su propia sazón y la mojarra tradicional se prepara en hoja de totomoztle en varios lugares del pueblo, especialmente en las orillas de las carreteras, donde se puede comprar hasta para llevar.
Y aunque lo típico es la mojarra, la carta del "Rinconcito Oaxaqueño" ofrece una gran variedad de platillos y mariscos, entre cuyas especialidades destacan los camarones a la momia, envueltos en tocino y queso.
El aperitivo para los comensales es cortesía de la casa: cremas de mezcal de sabores como coco, jamaica, tamarindo, carambolo, frutas de temporada, café, entre otros, que Carolina aprendió a preparar en Oaxaca.
Por todo lo anterior vale la pena venir a Coatetelco, pasear y dedicar todo un día para conocer los espacios públicos y después ir a comer a la palapa del "Rinconcito Oaxaqueño", un lugar muy acogedor y de buen sazón.
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